Mujer zonera, símbolo de tenacidad
LA ALEGRÍA ES CÓMPLICE DE LAS DAMAS QUE REALIZAN LA LABOR DE ZONERA, Y LA MÚSICA DA ARMONÍA SU ESPACIO DE JORNADA.

Altagracia González es diputada de Santiago y trabajó durante años en Zona franca, ella asegura que eso la ayudó a posicionarse y a que sus colegas la reconocieran.
“Mi mujer trabaja en Zona Franca, borda sueños en mangas de camisa y recoge el ruedo de la tarde con un sol de ‘jean’ en su sonrisa.” Así como en la estrofa de la canción “Rompiendo fuente” de Juan Luis Guerra se refleja en cada cara de la mujer trabajadora la ilusión de un mejor porvenir.
Zoneras se les nombra; mujeres que llenan su vida de pasos firmes y hacen brotar de su rostro el sudor empapado de amor por el trabajo, para forjar un mejor porvenir.
La mujer zonera es ejemplo de coraje, compromiso y sobre todo de lucha constante para sostener y apoyar su familia. Tienen muchos atributos, trabajadoras incansables, de una energía inagotable y con un espíritu de responsabilidad inigualable para cumplir horarios y lograr los compromisos asumidos, es la descripción de Ely Ureña, directora de Recursos Humanos de la Corporación Zona Franca Santiago.
Trabajo que marca Ely trabajó durante 20 años en una empresa del sector y afirma que los escenarios y el esquema de trabajo han cambiado. Las condiciones físicas y los beneficios de transporte, comedo- res, uniformes y cooperativas, hacen más atractivo y llevadero el levantarse todos los días a primera hora de la mañana para dirigirse a los lugares de trabajo.
El rol de mujer zonera implica sacrificios que van desde el alba hasta el ocaso. Sus rutinas diarias conllevan dejar a sus familias, muchas veces solas en casa, o trasladar a sus hijos a estancias infantiles donde son cuidados por personal experto en el área.
Las patronas del sacrificio y el empeño constante ordeñan la esperanza hasta sacar el sustento de sus seres cercanos.
Con sus manos cuidadosas y la concentración a flor de piel consiguen las metas calculadas.
Para comprobar su laboriosidad y sacrificio, vasta visitar el campo de acción. Allá se puede observar un departamento de máquinas de bovinas en la empresa Arnold André en el que hay 114 aparatos, la mayoría al comando de mujeres, de las que un 25% tiene de 34 a 40 años de edad y el 60% entre 18 a 30 años.
ESTADÍSTICAS DE LA POBLACIÓN FEMENINA En el Parque Industrial Víctor Espaillat Mera (PIVEM) en diciembre del 2014, según estudios realizados 49% de la población es femenina, equivalente a 9,155 damas. De esa población, el 89.59% son personal de planta, igual a 8,201 mujeres.
Al personal técnico corresponden el 5.12%, y al área administrativa el 5.28%. Según el estudio realizado por el PIVEM, el 44.83% de la población femenina (unas 4,104 mujeres que trabajan en zonas francas) vive en unión libre. La educación, una de las principales fuentes de desarrollo, también fue evaluada.
El resultado obtenido fue que en cuanto a nivel académico, el 19.66% cursa o ha finalizado la educación media; el 12.8% alcanzó educación básica, 6.44% estudia en la universidad o ha finalizado la carrera y el 80% de la población laboral aspira a seguir estudiando. El 84% de las mujeres que trabajan en Zona Franca son madres.
Las mujeres de lucha y constacia Fiordaliza Tavares, de 43 años, trabaja en el área de selección de tabaco. Es una empleada que ama su oficio. En sus inicios, hace ya 18 años fue operaria, por su desempeño actualmente es supervisora. Ella comanda un equipo de siete mujeres y un caballero ayudante.
De su trabajo ha mantenido sus tres hijos sola, pues es madre soltera. De sus tres hijos, Yenni Acevedo, de 24 años, se gradúo de la universidad, Dionni Tavares y Diosmary Acevedo estudian.
La Zona Franca fue su primer empleo y da fe y testimonio de poder sostener su familia y encaminarlos por el bien.
Coordinadora de planta Una trayectoria de 17 años de trabajo tiene Yajaira Cruz, graduada de Mercadeo mientras trabajaba en Zona Franca. Empezó como digitadora, fue encargada de almacén de materiales y ahora es coordinadora de planta de reciclado. Siempre ha tenido el respaldo de su familia para su labor. Tiene un hijo de 4 años y comparte la manutención del hogar con su esposo. Su equipo consta de diez mujeres y un varón a quienes cataloga como responsables.
Cruz asegura que todos los días aprende algo nuevo con cada una de sus hermanas de labores.
La ingeniera supervisora Evelina Balbuena, de 27 años, trabaja en empaque, donde aplica los conocimientos adquiridos en Utesa. Su módulo son damas emprendedoras, trabajadoras y unidas. Considera que su departamento es una columna vital de la empresa al ser una parte delicada, donde dan la terminación a lo que se produce.
Evelina tiene la meta de minimizar las horas y que los procesos duren menos tiempo para realizarse. Es una soñadora que aspira a tener su propio vehículo.
En la corriente académica tiene planes de hacer una maestría.
Progreso palpable Desde que su hija tenía un año, empezó a trabajar en la zona Cirila Minaya, quien lleva 22 años laborando, y es procedente de Bajaboico Arriba. Pamela Ortega, su hija, estudió contabilidad y Jesús Miguel Ortega, su hijo, está en el liceo y estudia inglés. En principio vivía en una habitación rentada, pero construyó su casa.
“Las mujeres son importantes en este trabajo porque entienden cómo hacer las cosas y las hacen bien, en general son más ágiles”, asegura Minaya, merecedora de llaveros de clase A por ser empleada ejemplar. Líder femenina Arelys Mercedes Guzmán, gerente de producción, un cargo poco ocupado por mujeres asegura que el conocimiento, el trabajo y la dedicación le permiten estar en su posición. En el área de tabaco va a cumplir 26 años, como gerente tiene dos. En su puesto el reto más grande es que el embarque se vaya completo, y lo ha logrado.
Los varones que trabajan en su planta la respetan porque asegura que en el trabajo es primordial la obediencia, a pesar del cariño. Se siente orgullosa y privilegiada por ser guía de su camión.
Ondina Noesí En su experiencia, de 18 años en zona franca, Ondina fue operaria manual, control de calidad y siguió escalando a recursos humanos y encargada de planta. En su empleo actual entró como asistente y fue ascendida a gerente.
Como mujer no tuvo trabas más que la edad.
LOS BENEFICIOS HAN AUMENTADO EN EL ASPECTO LABORAL: Ondina Noesí, gerente de gestión humana en Arnold André Dominicana, SRL, afirma que los empleados y empleadas tienen un seguro de vida pagado por la empresa en su totalidad, cuentan con facilidades de préstamos de hasta un dos por ciento. Reciben incentivos por la producción, la calidad, el rendimiento a la hoja del tabaco y la asistencia perfecta. Le ofrecen transporte, un área médica y continuamente les capacitan según el perfil y las necesidades.
Según Noesí en su planta la mayoría son mujeres, por ser diestra, cuidadosa y estéticas con los detalles.
En su empresa tratan de tener un trato digno y humano para los empleados y empleadas, lo que se refleja en su motivación de trabajar.


