El 27

El sentir patrio es intangible, no puedes alzarlo pero tiene un peso especial. La Patria se lleva en el corazón. Es un sentimiento inmaterial que particularmente los mexicanos se han destacado por hacer valer mundialmente y con mucho orgullo cultivan, atesoran y difunden todas las señales, colores y sabores de la nación ranchera que es devota de la virgencita de Guadalupe. Hoy 27 de Febrero, día de la Independencia Nacional, el amor patrio se expresa en el respeto a los símbolos, al airear la bandera de tela o papel, en atención al Himno Nacional y en respeto a quienes sacrificaron sus vidas y en distintos episodios de la historia ofrendaron el sudor más heroico por las libertades públicas, por el tesoro colectivo, por la nación entera que debe dolernos porque es la nuestra, el único lugar donde no eres extranjero. Odiando no es la mejor manera de defender la Patria. Tampoco alimentando divisiones entre las poblaciones negras y más pobres. La Patria se hace valer en el cumplimiento de las leyes, poniendo a raya el hurto, haciendo valer los derechos y deberes, en fin, en unas cuantas tareas pendientes de cumplimiento desde los gobernantes hasta ciudadanos de a pie. La acostumbrada rendición de cuentas del Presidente le cobra un alto saldo a la fecha patria. Estamos más pendientes de qué dirá Danilo Medina que a la reverencia a los dominicanos y dominicanas del pasado y al compromiso que debe inspirar para el presente. Para aumentar la curiosidad, la vocería palaciega promete “un buen discurso”, mientras el país estaría pendiente de que si el hombre va o no va. Lo seguro es que Danilo ya tiene preparadas las estadísticas de visitas sorpresa, aportes al campo, a la educación. No creo que vaya a hablar de la trunca Ley de Partidos y probablemente dejará con el moño hecho a quienes esperan que aborde la espinosa reelección. La uniformada estará pendiente de la gloria de un ascenso y los funcionarios con barbas en remojo esperando cargos o con temor a posibles destituciones. Otros estarán vestiditos de blanco para dormir una pavita mientras hay discurso en la solemne platea del Congreso. Y así se escurrirá el 27 de Febrero sin el brío del verdadero sentir patrio.