GENTE CON NORTE
'Poner esmero y tenacidad en todo'
FRANK HERNÁNDEZ. VIOLINISTA Y COMPROMETIDO FORMADOR DE JÓVENES EN LA MÚSICA
Una frase que se ha convertido en un dicho del profesor de instrumentos de cuerda frotada Frank Hernández es: “Hay que poner esmero y tenacidad en todo lo que se hace”. Esta oración, además, define su conducta en la vida cotidiana y los proyectos que emprende, sobre todo con la juventud. Hernández, quien de la mano de Francisco Álvarez, Jochy Pérez, César Arturo Abreu, Benito Ángeles y el entonces síndico de la Ciudad Olímpica, Euclides Sánchez, reabrió la Casa de La Cultura de La Vega en 1991. Es un constante buscador de talento musical joven del Cibao y el país en general. El profesor especifica: “Desde que me quedan unos pesos me traslado a uno de los pueblos”, para dar seguimiento, instruir o encontrar a esos tesoros. Vladimir Castillo, director de la Casa de la Cultura vegana, describe al profesor Frank como una persona con un espíritu de colaboración increíble, a pesar de su edad; y de una disposición extraordinaria para hacer cosas de forma desinteresada. Agrega que ha enseñado a generaciones de músicos, (entre ellos Santy Rodríguez, director de la Orquesta Filarmónica Regional del Cibao), y que ayuda a gestionar becas con instituciones internacionales para estudiantes sobresalientes. Entre los proyectos en los que se involucra el profesor, Castillo destaca el de Areito, auspiciado por una institución de Cooperación Española, con el que se procura formar comunidades musicales en diferentes barrios de La Vega. Pone como ejemplo el barrio “El Tanque”, donde niños de ese lugar tienen la oportunidad de tener un violín y con este explorar el universo musical. Frank, quien además es Licenciado en Administración de Empresas y en Educación, ha impartido clases de Ética en la universidad Uteci, compuso el himno de la institución y organizó el Departamento de Arte. (+) SU VIDA EN LA MÚSICA LA INICIÓ EN “PAÑALES” El también creador y director de Arcos Juveniles del Cibao relata que su historia en el mundo musical inicia “en pañales y con un dedo en la boca”. Frank, nacido en el año 1943, recuerda que vivía detrás del Conservatorio de Música en Santo Domingo, y que se sentía atraído por los sonidos de los instrumentos que allí enseñaban, así que con apenas tres años se le escapó a su madre, y apareció en la escuela. Este hijo adoptado por La Vega en 1995, y descrito por Samilín Williams (Directora ejecutiva del Centro Musical Vivaldi del Hogar Campestre), como emprendedor, inspirador y una persona excelente en su trabajo con los jóvenes, que realiza de manera voluntaria. Inició su vida musical con el piano. Pero, cuenta Hernández , que el violinista Ernesto Nolasco siempre le decía: “Tú tienes cara de violinista”, y le regaló su primer violín cuando tenía 11 años. Durante 30 años fue parte de la Orquesta Sinfónica Nacional.