GENTE CON NORTE

Eugenia Gómez, dulcera de Moca, de fama internacional

DOÑA EUGENIA GÓMEZ: CON SUS DULCES CASEROS HIZO PROFESIONALES A ONCE HIJOS

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Leoncio PeraltaJuan López, Moca

Con más de 40 años elaborando dulces de todos los sabores, doña Eugenia Gómez ha logrado crear una fama que trasciende nuestras fronteras por la calidad y sabores de sus deliciosos productos. Con ellos y el trabajo de su compañero, ha podido levantar una familia de once hijos, casi todos profesionales y técnicos calificados. Han pasado varias décadas desde que inició su labor y se supone que las dulcerías con avances tecnológicos, como industrias modernas, debieron opacar sus productos, pero no es así. Ella tiene un “don” para que sus manos conviertan las frutas, leche, azúcar y otros ingredientes en deliciosos manjares para criollos y extranjeros. La dama expone que para lograr los objetivos que uno desea es necesario tener responsabilidad, fuerza de carácter y fe en Dios, y a ella eso nunca le ha faltado, por lo que se siente satisfecha de lo obtenido en la vida. Tuvo doce hijos y de ellos hay once vivos y todavía se siente con fuerza para trabajar pese a que sus vástagos pueden y quieren atenderla en lo necesario. Ama el trabajo que realiza desde muy temprana edad, y su energía y temperamento no son para estar sentada en una mecedora. Reside desde hace más de 45 años junto a su esposo, Silverio Guzmán Ovalle, en Juan López, La Milagrosa, del municipio de Moca, donde procesa las frutas y otras materias primas para fabricar dulces de piña, coco, guayaba, cajuiles, coco con leche, naranja, jagua, batata con leche y lo que llama el turrón de coco con leche, que según ella muchos extranjeros que lo han probado le han dicho a ella y LISTÍN DIARIO sus hijos que viven en otras partes, que es uno de los mejores del mundo. Su familia Doña Eugenia dijo que solamente pudo estudiar hasta el tercer grado de la primaria, pero pudo aprender a hacer buenos dulces y con ese oficio pudo ayudar a criar a su larga familia, hoy compuesta por abogados, médicos, contadores, visitadores a médicos y la penúltima hija, que es ya casi graduada también en Derecho. No tiene una clientela fija para sus delicias culinarias, sino que trabaja por pedidos y ha querido abandonar esa labor, ya que se siente a veces cansada, pero que las presiones de los clientes la mantienen en la elaboración de esos productos. Hasta desde Nueva York, reposterías le han pedido que les envíe dulces, pero no quiere comprometerse tanto y prefiere atender en lo que pueda a sus clientes de la zona. “Mis hijos me piden que deje eso, que ya descanse, pero es difícil cuando tanta gente le reclama a uno que siga elaborando los dulces, sobre todo algunas panaderías que me piden determinadas cantidades”, expresa la dama.

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