BLOGS

La sensación de los cielos grises

Me pegan duro los días nublados, me hacen sentir triste, aún cuando todo marcha bien en mí y me siento agradecida con el universo. Qué pereza nos da la gente depresiva que necesita el dolor para sentirse viva, mas esto no es depresión, sino melancolía y es más fuerte que yo. En cambio, los días lluviosos y fríos cómo me fascinan, con el delicioso caer del aguacero, el agua corriendo por el suelo y el espectáculo de los relámpagos, me resultan mágicos. Y esas mañanas que amanecen con llovizna, cómo se antoja pasarlas con una taza de chocolate, suaves cobijas y abrazando al amor. Pero estos días como hoy, me ponen muy sensible y sin ganas de hacer nada más que quedarme en casa viendo Eternal Sunshine of the Spotless Mind o escuchar un playlist con Grizzly Bear, The Frames y Band of Horses todo el día, algo imposible de hacer por la ajetreada vida de hoy. Sé que suena cursi pero ¿quién no lo es en la melancolía? Hay estudios sobre ello, la disminución de la luz reduce los niveles de serotonina en el cerebro, causando una baja en el estado de ánimo en muchas personas. Sin embargo a muchos les encantan los días nublados, y por el contrario yo recuerdo días radiantes de lo más desconsolados, en especial una mañana hermosa en que estaba sintiéndome muy mal, despidiendo a un ser amado para siempre. Lo cual me lleva a determinar que los días nublados no son tristes ni los días luminosos felices, todos los días son absolutamente espléndidos por el solo hecho de estar vivos. Invadida por la gran aflicción del cielo sombrío reflexiono en mis pérdidas, recuerdos y el transcurrir del tiempo.

Tags relacionados