A Guantánamo por usar Casio

Los derechos humanos en el capitalismo son, como tantas otras cosas, papel mojado cuando interesa a los gobiernos y a los intereses de sus representados, los grandes monopolios multinacionales. Aunque hay cientos de ejemplos evidentes, el caso de Guantánamo, el campo de concentración que los EEUU tienen en la base militar que tienen, también en contra del derecho internacional, en la isla de Cuba, demuestra la gran hipocresía de occidente entre los valores y principios que dice defender y lo que acepta y combate en realidad. Tras la invasión de Afganistán, realizada con la excusa de la lucha contra Al Qaeda (esa rama paramilitar de la CIA en el mundo islámico), todos aquellos que se enfrentaban a los invasores fueron considerados, en vez de como patriotas o miembros de la resistencia, como terroristas. Como el probar esa realidad era difícil, qué mejor que detenerlos en aviones militares y encerrarlos en prisiones ilegales donde estos no tendrían derecho siquiera a un abogado... ¿Las excusas por si alguien preguntaba y no se le podía acusar también de ser un terrorista? Pues cualquiera valía, incluso que los detenidos llevaban puesto un reloj Casio barato, de esos que se compran en los decomisos y que deben de ser bastante comunes en todo el mundo. Incluso han hecho una teoría sobre la vinculación de los relojes Casio con los fabricantes de bombas de Al Qaeda. Según ésta, el modelo más habitual usado por los “terroristas” era el modelo F91W, pero también era frecuente otra versión de este reloj barato, básico y fácil de encontrar en cualquier parte del mundo, el A159W.