Personas vitales para acabar con el hambre
Me alegro de que sigan ahí leyendo este blog, lo que significa que he conseguido dar el primer paso, el más fácil: llegar a las primeras cinco entradas. Los comienzos de estas iniciativas son siempre fáciles, por la novedad y el espíritu del emprendedor: lo nuevo atrae. Ahora viene lo más difícil, mantener una continuidad, rellenarlo con noticias de interés, datos relevantes y personas. Espero que este blog para sensibilizar sobre el hambre en América Latina esté lleno de gente en lugar de cifras, palabras o anécdotas. Las instituciones públicas, las ONG, los pobres o el hambre no son entidades abstractas, que están en el mundo etéreo de las ideas. Esos conceptos están formadas por personas y las personas son la clave que mueve el mundo. No personas en masa, generalizando el concepto para abarcar a todos los seres humanos, sino personas individuales con cara, nombre y apellidos. Los movilizadores, los líderes existen, aunque escasean en el desarrollo y rehúyen el tema de la seguridad alimentaria. Salvo Lula en Brasil, Botrán en Guatemala o Sen en la India, pocos líderes tenemos que puedan movilizar masas. Cada vez creo más en personas particulares que ejercen liderazgo, que impulsan ideas y realizan acciones, mientras los demás siguen, simplemente, la corriente. Por ello, me gustaría dedicar este texto a dos personas que me han impresionado recientemente, ambas muy relacionadas con la seguridad alimentaria y nutricional, pero en dos polos opuestos de la escala salarial de Guatemala. Y no, no he olvidado mencionar a Jeffrey Sachs por despiste, es que no comulgo mucho con su enfoque paternalista y de arriba abajo con dinero de fundaciones privadas.