a tiro de hit

El dominio de los abridores de los Dodgers recuerda la Serie Mundial de 1966

Respetando las distancias y las marcadas diferencias entre las eras, lo que han hecho los abridores de los Dodgers de Los Angeles en sus primera ocho presentaciones de la actual post-temporada marca de 6-1, 1.54 en 52.2 entradas lanzadas hasta juegos del miércoles, se asemeja a lo que hizo la rotación de los Orioles de Baltimore – precisamente contra los Dodgers - en la Serie Mundial de 1966.

Aunque la muestra de aquella ocasión fue mucho más reducida, el dominio de los iniciadores del conjunto de la Liga Americana fue notable. Por eso barrieron a los Dodgers en cuatro partidos, consiguiendo el primer campeonato en la historia de la franquicia.

Los Dodgers iniciaron aquella Serie Mundial sacando del montículo en la tercera entrada a Dave McNally, primer abridor de los Orioles en la serie. El zurdo otorgó cinco bases por bolas y permitió dos carreras antes de dar paso en el tercer inning a Moe Drabowsky.

Allí comenzó el suplicio de los bateadores californianos. El veterano relevista procedió a lanzar 6.2 entradas en blanco, permitiendo un hit y ponchando 11 bateadores. Con jonrones de Frank y Brooks Robinson, los Orioles ganaron 5-2 y no miraron atrás.

Increíblemente, el equipo con sede en Chavez Ravine no volvería a pisar el pentágono en el resto del clásico.

En el juego dos, el dirigente Hank Bauer entregó la pelota al futuro miembro del Salón de la Fama Jim Palmer, quien apenas iniciaba su carrera. El derecho de 20 años dejó la pálida ofensiva de los Dodgers en cuatro hits, superando en un duelo al inmenso Sandy Koufax, quien fue víctima de la pobre defensa de los Dodgers en una derrota 6-0. El estelar zurdo permitió cuatro vueltas, pero sólo una fue merecida.

Al trasladarse la serie a Baltimore para el tercer encuentro, Wally Bunker dispersó seis hits y superó en un cerrado duelo a Claude Osteen con pizarra de 1-0 para colocar a los ganadores a ley de un triunfo para levantar la copa de campeones.

Al día siguiente otro duelo cerrado, en esta ocasión entre Don Drysdale y McNally. Los Orioles “arañaron” una carrerita en el cuarto episodio gracias a cuadrangular de Frank Robinson, concluyendo el encuentro con idéntica pizarra al día anterior, 1-0. La ofensiva de los Dodgers consiguió tan sólo cuatro sencillos, siendo blanqueada por tercer encuentro sucesivo.

El pitcheo de Baltimore colgó ceros en los últimos 33 capítulos de la serie, concluyendo con un PCL de 0.50, el mejor en la historia de Series Mundiales.

Tags relacionados