PRESENCIA DOMINICANA

El misterio Soto

Se ha mantenido con mucha intensidad el ruido el pobre inicio ofensivo de Juan Soto, sobre todo, por el fabuloso contrato que firmó antes de iniciarse esta campaña con los Mets.

Ese sonido no ha sido más agudo porque la mayoría no profundiza en los detalles. El guardabosque dominicano con corredores en posición anotadora tiene promedio de .128, en esa misma situación y dos outs está en .188 y bajo presión, a partir del séptimo episodio, es de .250; además que apenas ha remolcado un 10% de los corredores que ha encontrado en base. ¡Un verdadero desastre!

No creo que a Soto se “le haya olvidado batear” como irónicamente han señalado. ¿Es el síndrome Pujols? 

El próximo dominicano con nicho en Cooperstown fue un de bateador diferente al que era con los Cardenales después que pasó a los Angelinos y ese es un enigma no resuelto.

En el caso de Soto es demasiado temprano para catalogarlo de esa manera. Hay cosas que se deben aclarar, el patrullero de los Mets, al momento de firmarlo no era el mejor bateador del béisbol, era el mejor que había en el mercado y la fabulosa suma recibida por su firma no lo demuestra. En el béisbol actual no existe ningún vínculo entre salario y calidad, eso lo rigen leyes del mercado.

Llama la atención lo selectivo que es en el plato, su OPS de por vida de .945 se alimenta principalmente de los .418 de OBP que acumula y la diferencia entre su promedio de bateo de .283 y el OBP es un abismal .135. Eso quiere decir que recibe una enorme cantidad de pasaportes y estos son buenos, pero no producen, a menos que las bases estén llenas. Se nota que frecuentemente deja pasar lanzamientos, aunque fuera de la zona, con la suficiente cercanía para conectar y producir. Con corredores en segunda y tercera y un out se necesita un contacto adecuado, una base por bolas no produce y abre la posibilidad de la doble matanza.

Tengo pocas dudas que el bate de Juan Soto despertará y dejará en el olvido el bullicio que provoca su limitado inicio.