PRESENCIA DOMINICANA

Defensa efectiva

De la mano han ido el progreso y el deporte. La calidad del terreno para desarrollar un juego de béisbol de grandes ligas ha mejorado desde su inicio a estos tiempos de una manera tal, que los errores de los fildeadores, sobre todo del cuadro interior han descendido dramáticamente.

Contado a partir de 1901, no es hasta 1972 que un defensor del campo corto alcanza en una campaña un promedio de fildeo de .990. Ed Brinkman fue ese pionero jugando para los Tigres de Detroit. Desde entonces, 16 resguardos de la posición seis en 24 ocasiones han alcanzado un promedio similar. La marca en ese sentido la tiene Mike Bordick quien en 2002 con los Orioles cometió un solo error en 568 oportunidades finalizando con un promedio de .998. Omar Vizquel en cuatro oportunidades alcanzó un porcentaje equivalente, en 1998, 2000 y 2002 con los Indios de Cleveland y en 2006 con los Gigantes de San Franncisco. Su mejor cosecha ocurrió en 2000 cuando cometió únicamente tres pifias en 647 oportunidades, para promedio de .995.

El único torpedero dominicano con un logro de este tipo ha sido Tony Fernández. En 1989 con los Azulejos de Toronto tuvo 735 oportunidades en las que cometió seis errores, promediando .992.

Este tipo tradicional de estadísticas reflejan una parte de la defensa, básicamente la seguridad en las manos; el alcance en el terreno y la eficacia en el uso del brazo son mas difíciles de medir. La Sabermetría moderna aporta una valiosa información en ese contexto. En este siglo, es difícil contradecir el señalamiento que reconoce a Andrelton Simmons como el mejor en la defensa del campo corto, sin embargo, nunca logró un promedio de fildeo similar al señalado; el mejor lo obtuvo en 2015 con los Bravos de Atlanta, .988. Pero sí encabezó en múltiples oportunidades en UZR y DRS, estadísticas que sobre todo miden el alcance y la habilidad de evitar anotaciones.

En otras palabras, el mayor valor defensivo de un campo corto estriba en que además de convertir en out los batazos que se generan con esa vocación, debe lograr que la mayor cantidad de posibles inatrapables se conviertan en outs.

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