MLB
El béisbol de Grandes Ligas y las cosas del espacio-tiempo
Como si fuera una cuarta dimensión, el béisbol de las Grandes Ligas tendrá como meta principal la relación espacio-tiempo, o sea cronometrando la frecuencia entre lanzamientos y eliminando el shift defensivo.
Desde hace años quienes dirigen el negocio han tratado por todos los medios de reducir la duración de los encuentros. Es un deporte masivo, diferente al básquet, fútbol, hockey... que no establece final por minutos sino por entradas. Eso cambió el fin de semana pasado, en un juego decidido por un bateador que violó el tiempo en la caja de bateo.
Con las nuevas reglas de control (15 segundos entre lanzamientos, 20 segundos si hay un corredor en circulación y ocho segundos para estar dentro de la caja de bateo), so pena de ser castigado con una bola o un strike, los doctos en la materia han disminuido en más de 20 minutos (de 3:01 horas el año pasado a 2:39 horas en 2023) los juegos de entrenamientos.
Las quejas han estado a la orden del día, muchos lanzadores han tenido que cambiar su winde up. Graig Kimbrel tomaba a veces hasta 30 segundos entre lanzamientos, incluso con las bases limpias, debido a su rara moción en la lomita. Obviamente el líder de salvados entre los relevistas activos (394) tendrá que acostumbrarse a sus 15 o 20 segundos entre picheo y picheo.
El Shift defensivo, popularizado en los últimos años, cumplió su ciclo y abrirá la ventana a más ofensiva en las Mayores. La gente paga normalmente para ver batazos en el juego, asunto que ha sido limitado en los últimos años por esa formación. El año pasado vimos al antesalista dominicano Manny Machado capturar un batazo a cinco pasos de la zona de seguridad en un encuentro ante los Astros en el Petco Park.
El esquema defensivo utilizado de acuerdo al tipo de bateador, produjo un descenso ofensivo de .253 a .243 de promedio con el shift activado y una reducción del slugging de .443 a .410 desde el 2015 a la fecha. Josh Hamilton ha sido el último bateador con promedio sobre .350 en las Mayores (.359 en 2010), excluyendo la temporada recortada del 2020. Miguel Cabrea (.348 en 2013) y David John LeMahieu (.348 en 2016) estuvieron cerca. En las últimas tres estaciones, excepto el año del covid, nadie ha pasado de .335.
Entre el 2018 y 2022 solo en una de cuatro campañas (.252 en 2019) los equipos batearon en total sobre .250, bajando los promedios generales ofensivos a .244 y .243 en las últimas dos temporadas. Tenemos que irnos hasta el 2017 para ver un ¨robusto¨ .255 de promedio general en MLB.
En ocasiones vimos cuatro jugadores defendiendo, incluso con el cuadro adentro, entre primera y segunda. Así como estuvo la queja en su momento por el shif, está el griterío por el intervalo entre lanzamiento y lanzamiento. El tiempo, precisamente, determinará quién tiene la razón.