Por fin un campeonato para Dusty

Con la victoria de los Astros de Houston en la recién concluida Serie Mundial, Dusty Baker finalmente pudo obtener su primera corona como dirigente en MLB. A sus 73 años, pudo lograr la meta que le había eludido durante 25 temporadas liderando franquicias de Grandes Ligas.

El carismático manager es el único en la historia que ha ganado títulos de división con cinco equipos distintos y había sido el perdedor en las Series Mundiales de 2002 (al frente de San Francisco) y Houston (2021).

También sufrió una gran decepción con los Cachorros de Chicago de 2003, equipo que parecía encaminado al Clásico de Otoño antes de caer derrotado a manos de los Marlins de Miami en la Serie de Campeonato.

Con 2093 victorias de serie regular, Baker es el noveno dirigente más ganador en la historia de MLB y uno de 12 que han sumado dos millares de triunfo. Sus credenciales para entrar al Salón de la Fama estaban claras aún sin campeonatos. Al agregar un anillo, lucen más sólidas que nunca.

Nos alegra que este hombre de béisbol con una trayectoria de más de 50 años en el deporte ha logrado coronar su carrera con este campeonato. Con tasa de rechazo cercana a cero, Baker ha sido un digno embajador de la actividad, llevando un mensaje de alegría, bondad e inclusión.

Inició su carrera en Atlanta como discípulo del legendario Hank Aaron a finales de la década de los 60, estableciéndose como regular a partir de 1972.

Sorpresivamente negociado a los Dodgers a finales de 1975, se convirtió en estelar de ese equipo y consiguió un anillo como jugador en 1981. Concluyó su carrera de jugando para San Francisco y Oakland.

En 1993, se convirtió en dirigente de los Gigantes, llevándolos a la post-temporada en tres ocasiones y perdiendo la Serie Mundial de 2002. En posteriores paradas en Chicago, Cincinnati, y Washington, también logró llevar esas franquicias a los playoffs.

Fue seleccionado para asumir las riendas de los Astros en el momento más difícil de esa franquicia, luego de conocerse el esquema de trampa que habían montado en 2017. Aportó su liderazgo, buenas relaciones con la prensa y experiencia para sacar a flote el equipo.

Lo que ha logrado en sus tres años en Houston no necesita presentación. Ha sido la validación de una carrera de inmortal.