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Catar busca emular a Corea y Japón tras duro sorteo

Sadio Mané

Sadio Mané

“Las dificultades llegan solas”, y el Mundial FIFA lo es de por sí… en demasía. Catar esperaba un sorteo mucho más “acomodado” como anfitrión y debutante en el más importante torneo del planeta, pero con un seleccionado que parece listo para el desafío mayúsculo, tendrá que emplearse muy a fondo para salir librada.

El viernes se sortearon los grupos y los cataríes lideran el grupo (A) donde por igual compartirá vecindad nada más que con los Países Bajos, mejor llamada como Naranja Mecánica; además de la letal Senegal y un menos incómodo Ecuador. Catar ya tiene antecedentes con otro Mundial celebrado en Asia (2002), ocasión de las sedes compartidas de Corea del Sur y Japón. Curiosamente, los anfitriones casi siempre han tenido la suerte de encabezar grupos muy accesibles, al primero que recibe un Mundial en tierras árabes le ha tocado unos rivales demasiado pesados en su pretensión de al menos superar la etapa inicial. Volvió a suceder Y Catar gestó la cita con plena confianza de que su selección haría los deberes de llegar siquiera a playoffs, pero contra sus rivales de turno parece que será tarea mucho más complicada que la presupuestada originalmente. De sus rivales, el campeón africano, Senegal, cuenta con una plantilla plagada de estelares en las mejores ligas europeas, donde sobresale el superbo Sadio Mané, además de Idrissa Gueye, Abdou Diallo, entre muchos otros. Son velocísimos y de gran juego en equipo. El gran favorito no sólo para ganar su grupo, sino entre los aspirantes serios al trofeo, es la Naranja Mecánica de Países Bajos, con sobrado talento para lograrlo. El restante es Ecuador, que si bien sería el rival más factible, tuvo excelente eliminatoria en una Conmebol demasiado competitiva. La única ocasión que el anfitrión era asiático (Corea-Japón´2002), los coreanos llegaron a semifinales y donde ambos países dieron la enorme sorpresa ganando sus grupos. Pero hay que decir que no fueron rivales cómodos. En la ocasión del primer Mundial asiático, Corea tuvo de rivales en primera ronda a Estados Unidos, Polonia y Portugal, que ya tenían muchísimo vuelo y talentos. A Japón le tocó afrontar una fase inicial igual o más complicada, contra Bélgica, Rusia y Túnez. Si bien aquellos anfitriones ya tenían experiencia mundialista, la sede siempre influye muchísimo, y es a lo que Catar también apostó desde que pidió el montaje del mayor torneo ecuménico. Y la vinotinto del Golfo Pérsico mostró que tiene mucho, sobre todo en la Copa de Oro, que aunque no es el mejor parámetro mundialista, allí se jugó a gran nivel general, y habría que ver qué tanto evolucionaron desde entonces en siguientes artículos de marras.

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