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A TIRO DE HIT

Llegó lo inevitable

Viernes 4 de marzo, y aún no hay acuerdo entre MLB y la Asociación de Jugadores. Y quién sabe cuándo tendremos uno, considerando que las diferencias en puntos fundamentales de la negociación son abismales.

Desde que los dueños impusieron el cierre patronal, la situación actual parecía inevitable. Las relaciones entre las partes han empeorado significativamente durante la vida del pacto colectivo que venció en diciembre, y se deterioró aún más durante el proceso de acordar los detalles de la recortada temporada de la pandemia en 2020.

Los jugadores han observado el “tanking” de diversas franquicias, reduciendo su nómina al mínimo mientras reconstruyen. Han sufrido los constantes ejemplo de manipulación de tiempo de servicio de prospectos, con el caso Kris Bryant como ejemplo emblemático. Más importante, el salario promedio se deprimió un 6.4% durante la vida del pasado pacto colectivo.

Mientras todo eso ocurría, los propietarios de equipos disfrutaban de ingresos y beneficios récord, en una industria que en 2019 alcanzó ingresos de más de US$10 Billones de dólares.

Para colmo, la figura que ha representado a MLB en todos estos años es el comisionado Rob Manfred, cuya tasa de rechazo alcanza niveles cada vez más altos. Verle sonreír durante la conferencia de prensa donde se anunció la cancelación del inicio de temporada fue indignante para muchos.

Fue el mismo Manfred quien semanas antes declaró que cancelar juegos como resultado de esta disputa sería “desastroso” para el deporte. Y sin embargo aquí estamos. En medio de una situación que pudo evitarse, y que deja un sabor amargo para los fanáticos, además de poner en difícil situación a todos quienes dependen de la industria para subsistir.

Es tiempo de que ambas partes, especialmente los dueños, hagan un mayor esfuerzo en los puntos que son claves para la solución de este impasse: El Impuesto de Balance Competitivo (CBT), donde existe una diferencia entre el aumento que ofrecen los patronos y la aspiración de los jugadores. Llegar a un punto de equilibrio no parece ser tan complicado, si existe la voluntad.

El otro punto fundamental de las diferencias es la suma que se reservará para mejorar la situación de los jugadores jóvenes, aquellos que están en período pre-arbitraje.

Si se resuelven esos puntos, se allanará el camino a un acuerdo. Pero la única manera de lograrlo antes de que la industria sufra un mayor daño es regresar a la mesa y negociar con buena fe.

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