Santo Domingo 21°C/21°C clear sky

Suscribete

A TIRO DE HIT

Tavárez, Un inmortal que brilló en Post-Temporada

Esta semana las Águilas Cibaeñas reconocieron a uno de sus grandes, invitando a Julián Tavárez a hacer el lanzamiento de la primera bola antes del partido del miércoles en el Estadio Cibao. Tavárez había sido exaltado hace unas semanas al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano. Y no era para menos.

El “Muñeco” es uno de los lanzadores de mayor rendimiento en 70 años de series post-temporada de LIDOM. Sus agallas y habilidad para crecerse en juegos claves lo hicieron un componente esencial de la dinastía que ganó 10 campeonatos y participó en 14 Series Finales entre 1992-93 y 2007-08.

Siendo un novato, fue integrado a la rotación aguilucha en el Todos contra Todos de la temporada 1993-94 y de inmediato estableció una marca que otros seis lanzadores empatarían en años subsiguientes de cuatro victorias en una serie semifinal. Impedido de participar en la serie final de ese año, su ausencia tuvo que ver con la derrota de los 22 veces campeones en esa etapa culminante del torneo.

De ahí en adelante, el lanzador derecho fue una carta de triunfo de las Águilas en playoffs, viajando frecuentemente desde Estados Unidos para subir a la lomita. En esa época era un relevista establecido en MLB, y pese a la carga de trabajo se mantuvo iniciando juegos en la Liga Dominicana. Eventualmente, trabajó 17 años en Grandes Ligas, acumulando 818 apariciones.

Tavárez es segundo en juegos ganados en semifinales de LIDOM con 15, y co-líder de victorias en series finales con seis. Sus 21 triunfos de por vida en post-temporada es la mayor cantidad en la historia de nuestro pasatiempo.

Aunque su actuación en series regulares fue limitada a través de los años, sumó otras 15 victorias en más de 260 entradas lanzadas.

De todos sus triunfos en playoffs, probablemente el más memorable ocurrió el 30 de enero de 2005. Ese día, tuvo la responsabilidad de lanzar el partido decisivo de la Serie Final de 2004-05 contra los Tigres del Licey en un abarrotado Estadio Cibao.

Como ya había hecho muchas veces, se creció en medio de la presión, tirando seis entradas de una carrera para derrotar a Juan Carlos Cruz y llevar a las Águilas al campeonato. Fue su última victoria en serie finales, ninguna más importante.