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CON LOS CAMPEONES

Corrupción y Transparencia

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MARIO EMILIO GUERREROSanto Domingo

En España es costumbre elegir un término frecuentemente empleado durante los anteriores 12 meses como palabra del año.

Por razones obvias, vacuna ha recibido la distinción en 2021. En nuestro país, aunque ese vocablo también fue mencionado y escrito asiduamente, hay dos palabras que por su relevancia y uso habitual creo que merecen compartir el referido galardón: corrupción y transparencia.

Las denuncias, sometimientos judiciales y casos que se ventilan en diferentes cortes, provocaron que repitiéramos estos vocablos de forma permanente en 2021.

Más aún cuando su uso, generalmente limitado a la política y el gobierno, también ha permeado el deporte, actividad que con contadas excepciones se había librado de grandes cuestionamientos o relevantes acusaciones de irregularidades administrativas.

Es cierto que ha habido dirigentes deportivos a quienes se ha acusado de mal manejo de los fondos bajo su responsabilidad e incluso algunos se han visto obligados a renunciar.

Sin embargo, no recuerdo que en el pasado un asunto ligado al movimiento deportivo haya provocado tanta repercusión en los medios de comunicación, estamentos gubernamentales y a nivel de opinión pública, al ser tildado de posible acto de corrupción, como ha sido el tema de los viáticos que supuestamente recibieron algunos dirigentes para su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Los querellantes argumentan que hubo directivos que no viajaron a la capital nipona y que como quiera se les dio una dieta ascendente a varios miles de dólares, y que otros recibieron una cantidad de dinero que no se correspondía con los días que permanecieron en Japón desempeñando sus labores.

Después de una larga espera, el Comité Olímpico Dominicano finalmente se refirió al asunto y justificó el cobro de los emolumentos señalando que, correspondían al pago de compensaciones a dirigentes y técnicos que trabajaron en la organización, preparación y participación de la delegación que asistió a las olimpíadas.

Aunque este argumento ponga punto final a la controversia, que no creo, la imagen del deporte dominicano ha sido afectada, tras meses de reclamos de quienes aspiran a la diafanidad y las maquinaciones de otros que han querido pescar en río revuelto.

Escucharemos la palabra corrupción por un largo tiempo, pero se debe procurar que casos como el que nos ocupa, sean la excepción y no la costumbre, y que transparencia sea el vocablo que predomine cuando alguien se refiera al uso de los recursos por parte de las entidades deportivas.

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