CON LOS CAMPEONES
Virgil relata en libro horas previas a debut en GL
Me encontraba en mi hogar del Bronx con mi esposa Maggie, embarazada de 7 meses de Osvaldito, nuestro segundo hijo y la pequeña Ruth, de 10 meses.
Era la noche del viernes 21 de septiembre de 1956 y hacía 3 días que mi equipo, Minneapolis Millers, había sido eliminado en la primera ronda de los playoffs de la liga Asociación Americana, de clasificación triple A.
El dirigente del conjunto, Eddie Stanky, me había dicho que una vez que los Millers concluyeran su temporada, los Gigantes de Nueva York tenían proyectado subirme a las Grandes Ligas. Esperaba ansioso la llamada que me informara que efectivamente, sería promovido a las Ligas Mayores. Cada minuto que pasaba se hacía interminable.
Hasta que por fin sonó el teléfono, descolgué presuroso el aparato y saludé con un sonido apenas imperceptible, pues casi no podía hablar.
Al otro lado se escuchó la voz de Horace Stoneham, propietario de los Gigantes, preguntando por Ozzie Virgil. Me identifiqué y fue entonces cuando me dio la noticia de que la franquicia había comprado mi contrato al Minneapolis y debía reportarme de inmediato al equipo grande. Tuve que sentarme para asimilar el mensaje.
por fin logré reaccionar, me invadió una enorme felicidad y de inmediato compartí la buena nueva con mi familia. Llamé a mi hermano Carlos y a mi padre, y esa noche ambos se trasladaron a mi casa para celebrar mi ansiada promoción a las Ligas Mayores.
La encomienda de los Gigantes era que tenía que presentarme al otro día al conjunto, que se encontraba jugando en Nueva York, para que debutara frente a los Filis de Filadelfia.
Pero, no logré presentarme a tiempo al parque de pelota porque ese viernes en la noche, en medio de la conmoción que me provocó la noticia de mi promoción a las Ligas Mayores, olvidé mover mi carro y al otro día me di cuenta de que la grúa municipal se lo había llevado por estar estacionado en el lado incorrecto de la calle.
Me pasé toda la mañana del sábado haciendo diligencias para recuperar mi vehículo y por esa razón no llegué a tiempo al estadio para el juego. Así que mi debut en las Grandes Ligas se postergó para el día siguiente, domingo 23. (Preámbulo de mi libro Yo, Virgil, Mi Historia, que pronto será puesto en circulación).