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Michael Schumacher, 8 años después del accidente

Michael Schumacher en la nieve.

Michael Schumacher en la nieve.

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Raquel PeláezSanto Domingo, RD

El deportista, que llevaba ya dos años retirado de la Fórmula 1, se salió de la pista y chocó contra una roca. El golpe le provocó un severo traumatismo craneoencefálico que lo tuvo en coma seis meses. Cuando despertó, fue trasladado a la unidad de rehabilitación de la clínica de Lausana (Suiza), muy cerca de su residencia en Gland, y en septiembre de 2014 volvió a casa para continuar allí su tratamiento. Desde entonces, las noticias sobre él han llegado con cuentagotas y ninguna imagen actual del piloto ha vuelto a salir a la luz. Así lo dispuso su mujer, Corinna.

Solo puntualmente uno de sus más íntimos amigos, el antiguo jefe de Ferrari Jean Todt, ha hecho algún comentario. Que sigue luchando, que ven la televisión juntos de vez en cuando y que sigue la carrera de su hijo, Mick, pero que no hay la misma comunicación que antes.

Ahora, un documental dirigido por Michael Wech y Hans-Bruno Kammertöns promete contar la verdad sobre la salud del Káiser con la autorización y los testimonios de su mujer y sus hijos. Palabras y vídeos exclusivos cuya grabación comenzó en 2018 y cuyo estreno se esperaba en 2020, pero que la pandemia ha retrasado. Un poco de paciencia, han pedido sus directores. La intriga lo merece.

Su hijo Mick Los alemanes están obsesionados con él desde que tenía 19 años. Al fin y al cabo es el hijo del Káiser. El heredero del heptacampeón del mundo.

Pero ese aplomo trasciende lo deportivo. Mick ha demostrado una sangre fría extraordinaria desde el terrible accidente de esquí que sufrió su padre en diciembre de 2013, esquiando fuera de pista en los Alpes franceses. Mick lo acompañaba, como tantas veces. Padre e hijo eran inseparables. Fue el único testigo. Entonces tenía 14 años. Nunca ha dicho una palabra en público sobre el tema. Le cuesta expresar sus sentimientos. «Mick no nos dice que esté triste por su padre. Solo que a veces es difícil», declaró Nicklas Nielsen, uno de sus amigos.

La familia cerró filas desde aquel día fatídico, liderada por la inflexible jefa del clan, Corinna Betsch, de 49 años, esposa de Schumacher y madre de Mick y Gina- Maria, la hermana mayor, de 21.

Historia de un trauma Corinna es tan protectora con su hijo como lo es con su marido, cuyo estado de salud es un misterio. El pasado 3 de enero, el Káiser cumplió 50 años. Sabine Kemp, la portavoz de la familia, solo ha revelado que Michael, con graves lesiones cerebrales, despertó después de 159 días en coma; más de cinco meses. El resto son especulaciones. Se cree que no puede hablar ni caminar, aunque realiza algunos movimientos en la piscina. No requiere respiración asistida y ya no pasa todo el tiempo postrado en la cama. Le dan paseos en silla de ruedas.

La rehabilitación, de la que se ocupa un equipo de 15 personas, se realiza en la casa de la familia en Gland (Suiza), a orillas del lago Lemán. Los cuidados cuestan más de doscientos mil euros semanales. «Todos los días pasa un rato junto a una ventana. A veces, mientras mira las montañas que rodean el lago, Michael llora», publicó la revista Paris Match, citando a un familiar. Dicen que también se emociona cuando le colocan unos auriculares con grabaciones de sus mejores recuerdos, un ejercicio de estimulación cerebral.

Efectos de un accidente La fortuna de Schumacher, según Forbes, ascendía en 2017 a 880 millones de euros. Su esposa, Corinna Betsch, administra las finanzas. Más de 30 millones se han ido ya en atención médica. Para hacer frente al gasto y a la pérdida de patrocinadores, Corinna vendió el jet, la cabaña en Noruega, un Rolls-Royce y el bólido con el que su marido obtuvo una de sus cinco victorias en Mónaco. Además de a médicos, destina una parte del patrimonio a litigios judiciales para frenar a la prensa. Un trabajador de una empresa de transporte aéreo medicalizado robó uno de los archivos médicos y comenzó a ofrecerlo a los medios, pero fue detenido. Poco después se ahorcó en su celda.

Corinna y sus dos hijos Michael y Corinna se casaron en 1995. Se habían conocido en Le Mans tras una carrera. Corinna era novia de otro piloto, pero él la invitó a dar una vuelta en moto y… Nunca se les vio un mal gesto, una discusión. «Compartimos valores. Cuando corría, ella era mi ángel de la guarda », dijo Michael. Su gran pasión es la hípica, afición que ha heredado su hija, Gina-Maria, a la que Corinna ha mantenido fuera de los focos. «Hemos hecho un buen trabajo de equipo -explica su hermano, Mick-, dejando la vida íntima en privado».

Michael y Corinna, cuando el astro alemán devoraba las pistas

Mitch, su hijo, compite desde niño. Tras ganar el Europe, de Fórmula 3, ya tiene un volante en la Fórmula 2 y es la gran esperanza del automovilismo alemán.

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