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TRIBUNA ABIERTA

TRIBUTO A SIMÓN ALFONSO PEMBERETON

Ha muerto Simón Alfonso Pemberton. Tras su partida deja una dolorosa aflicción, pero también gratos recuerdos que lo inmortalizan. El Mago, fuera conocido quizás por la magia embrujadora de su voz cada vez que empuñaba el micrófono para narrar la secuencia de las carreras de caballo en el antiguo hipódromo Perla Antillana, manteniendo en suspenso a la afición hípica pendiente de su nítida narración que perseguía y comentaba cada detalle o suceso identificado caballo y jinete, lejano que estuviera de la escena y como esa voz se imponía y se tronaba universal al abrirse la gatera “A correr fanáticos “ y al pasar por la “curvita de la Paraguay” y llegando a la recta final viendo el tropel de caballos cada vez mas reducido por la disputa del primer, segundo y tercer lugar (la tripleta) se ahogaba con un grito, “No puedo más, no puedo más”… mientras que la afición, abandonando su asiento, de pie, aplaudía extasiado, sus ojos fijos en su caballo elegido y sus oídos atentos a la narración del Mago Pemberton que estremecía el hipódromo cuando la egregia figura del Generalísimo aparecía en su palco con sus amigos , amante él más de los caballos, que de sus supuestos amigos.

Pero creo yo que la afición criolla por el hipismo nunca mostró mayor entusiasmo que cuando el industrial Benigno Pérez Martínez llevar a la pista a una soberbia potranca argentina llamada Dicayagua un verdadero chongo a corta distancia, saliendo siempre retrasada de la gatera, pero a larga distancia había que verle su rebase espectacular y ya arribando a la recta final, cabeza con cabeza, como diría Gardel, era invencible, algo insólito e impensable que el Jefe, con su fino olfato político pudo notar que cada vez que uno de sus caballos o de Ramfis, que además de polista, tenía su propia cuadra “Haronid”, nombre extrovertido de quien sabe que mujer, corría contra Dicayagua, la fanaticada enardecido ostensiblemente inclinaba su simpatía por Dicayagua decidiendo Trujillo comprar la potranca, que don Benigno actuando con prudencia, para no negarse la dedicó a reproducción , separándola dela pista, inspirando laureado Poeta Nacional Don Pedro Mir, luchador anti trujillista en el exilio dedicar un poema al “El Potro Gris.”

Agotada su exitosa jornada de más de 50 años como narrador deportivo, Simón Alfonso se convirtió en una leyenda. La Comision Hípica Nacional, tuvo el acierto y la fortuna de exaltarlo como el “Primer dominicano en la historia del hipismo” y propuso dedicar un monumento a su nombre en el moderno hipódromo de Santo Domingo Este. Se preguntan algunos ¿Por qué el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano no exalta a Alfonso Pemberton, como Propulsor del hipismo? Y viene la Respuesta: La Directiva del Pabellón, desde su fundación, ha seguido una lógica que no siempre ha aplicado: Considera que las carreras de caballos igual que las carreras automovilísticas que atraen mucho público y tienen excelentes conductores, no son deportes olímpicos como considera el Comité Olímpico Internacional (COI) y por ende el Comité Olímpico local. Pero el Pabellón no pertenece a esa institución; y tiene como inmortales del deporte jugadores de billar, de ajedrez, de boliche, de golf, no olímpicos, valga la observación. Durante mi gestión como Presidente del Pabellón de la Fama le pedí al amigo Simón Alfonso que animara el próximo Ceremonial de Exaltación. Ese día subió al escenario y desde allí escenifico una narración hípica como el solo sabe hacerlo que arrobó al público, haciéndose dueño de su corazón. Porque así de carismático y querido era y seguirá siendo siempre “El Mago Pemberton.” Por sus méritos ciudadanos y deportivo su exaltación la creo más que merecida.

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