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MUJERES DE GRANDES LIGAS

"TRANQUILO Y QUIETO”

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CAROLINA CRUZ DE MARTÍNEZSanto Domingo

El atleta de alto rendimiento es un individuo simple y complejo. Simple porque teniendo una rutina y régimen de entrenamiento se somete a ello; complejo porque hay muchas aristas que se derivan para poder manejar esas rutinas. Para entender y dominar ambas realidades de si mismo debe hacerlo estando tranquilo y quieto.

De acuerdo al diccionario tranquilo es alguien que está “quieto, sosegado, pacífico. Dicho de una persona, es aquel que se toma las cosas con tiempo, sin nerviosismos ni agobios, y que no se preocupa por quedar bien o mal ante la opinión de los demás.” Aunque es difícil para un atleta estar tranquilo y quieto, es una cualidad a desarrollar para manejar la parte almatica y pasional. El deportista enfrenta en si mismo una amalgama de emociones intensas, volubles, opuestas que deben estar en su lugar para que no afecte su rendimiento integral. Aunque su cuerpo siempre esté en movimiento, a una alta velocidad, en una sincronización compacta y magistral, su interior debe estar en control. El atleta no debe ser movido por los elementos externos que le rodean y eso se logrará si actúa tranquilo y quieto.

El atleta de alto rendimiento se demanda mucho a si mismo porque no quiere fallar, y es el primero que se auto estresa por su nivel de exigencia. Su propia presión interna lo puede destruir y deteriorar, pero si se sabe administrar la misma lo puede empujar y retar. Todo dependerá del nivel de autoridad que ejerza sobre si mismo y esto lo logrará si está tranquilo, quieto y pacifico.

El atleta podrá manejar su complejidad si parte de respetar la parte simple de su vida. Si se respeta a si mismo, si se sabe valorar, si entiende el desafío que tiene en aprenderse a manejar no importa que tanta demanda externa tenga, la podrá vencer y conquistar. Si el atleta pone como prioridad el ejercitarse internamente como lo hace a nivel corporal dominará estando tranquilo y quieto pues no se dejará llevar por la adrenalina del momento. Estando tranquilo y quieto podrá detenerse y escuchar y no actuar por impulso y sin pensar.

“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.”

Proverbios 16:32

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