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MUJERES DE GRANDES LIGAS

Avances o retrocesos

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Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

Todos esperamos que los atletas avancen. Todos queremos que les vaya bien, que descollen, que sean buenos representantes de su deporte, su familia, su comunidad y su nación. Es nuestro más sincero deseo.

Siempre es saludable que los avances sean progresivos aunque hay fenómenos que dan saltos precoses y abruptos por el talento que exhiben. Cuando esto sucede, es absolutamente necesario que el círculo que les rodea sea de carácter para que puedan manejar los distintos escenarios. Pocos seres humanos están preparados para avanzar a grandes rasgos.

El éxito de un atleta no sólo será medido por sus estadísticas, lo abultado de su salario o su popularidad. El éxito de un atleta se medirá por cómo administra su persona así como la figura que el representa o representará. Un gran avance en la parte profesional puede significar un gran retroceso en la parte personal si ambas no se manejan con la misma prioridad.

Para nadie es un secreto que muchos prospectos que han recibido bonos millonarios se han estancado porque se han distraído y desenfocado. La atención les ha afectado, han perdido el “hambre” de verse superando a sí mismos, y se han creído la ‘movie’ de que ya lograron lo anhelado. Han retrocedido en vez de haber avanzando y han auto saboteado su propio camino antes de haber arrancado.

M uchos de estos jóvenes atletas lamentablemente avanzan más en su ego que en su humildad, en su descontrol que en su estabilidad. Cuando reciben unos cuantos de los verdes en el banco, hacen virajes en actitud, comportamiento y actividades: ya no quieren escuchar sus padres, sus autoridades, aquellos que le inculcaron educación y modales; desarrollan oídos sordos más que oídos atentos porque ya consiguieron fama y dinero. Comienzan a enliarse y asociarse y en poco tiempo cometen errores que les cuesta amargamente, aunque en el momento no lo sienten.

Es allí cuando la familia, los padres, los que aman a ese atleta se arrepienten y reflexionan si fue de bendición el que el humilde jovencito haya conocido a menudo y papeleta. A veces el avance vertiginoso representa un mal en disfraz. Estemos atentos y cuidemos ese atleta de manera tenaz.

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