Cerrando el ciclo

Con el triunfo dominicano en la Serie del Caribe, dignamente representados por las Águilas Cibaeñas, se cerró el ciclo correspondiente al periodo 2020-21 del béisbol otoño-invernal. A pesar de los avatares provocados por la pandemia que azota a la humanidad se pudo cumplir acertadamente con el compromiso contraído.

El equipo dominicano no solo levantó el trofeo sin conocer derrotas, además, al alcanzar siete triunfos, consigue una cifra inédita en ese sentido que dentro del contexto que ocurre podrá ser igualada pero no superada.

Fue notoria la baja generación de ofensiva en el evento, sobre todo por la escasez de cuadrangulares. En los 18 partidos celebrados se conectaron trece de estos batazos por los seis equipos participantes y solo un bateador, Juan Lagares, duplicó la cantidad. Se atribuyó la ocurrencia a la sede, el estadio Teodoro Mariscal de la ciudad portuaria de Mazatlán.

Ciertamente, es común que en los estadios ubicados cercanos al mar el aire sea más denso y esto obstaculice el avance de la bola. Sin embargo eso no ocurrió en las otras cinco veces que el certamen se efectuó en ese lugar.

Por ejemplo: en 1985 cuando los Tigres del Licey dirigidos por Terry Collins se coronaron logrando cinco triunfos en seis compromisos la ofensiva fue determinante. El inicialista Glenn Davis conectó tres jonrones y el jardinero George Bell dos. Igualmente los puertorriqueños Carmelo Martínez y Orlando Sánchez dispararon dos cuadrangulares cada uno.

Entonces la bola viajó con mucha ligereza, contrario a lo que se evidenció ahora. Ese año cuatro equipos en doce juegos conectaron 17 cuadrangulares en la referida instalación. Se pude agregar otro ejemplo; en la serie de 2005, la fecha anterior que el Teodoro Mariscal albergó el evento y similar a 1985 participaron cuatro equipos efectuándose doce partidos; en 18 ocasiones la bola superó las vallas, logrando Derrick White y Jonny Gomes dos cada uno.

El béisbol es una disciplina en la que la instalación donde se verifica influye significativamente en los resultados. No obstante, la razón de la a escasez de ofensiva en la pasada Serie del Caribe debe buscarse en otro lado.