PRESENCIA DOMINICANA
Gran triunfo, gran serie
Culminó el torneo nacional de béisbol profesional con las Águilas Cibaeñas obteniendo el título de campeones. A pesar del flagelo que fue la crisis sanitaria que amenazó provocar un fracaso, este pasará a la historia como uno de los más excitantes de siempre.
El certamen final presentó una calidad extraordinaria y a pesar de la ausencia del público, las emociones se desbordaron dramáticamente. Los contendientes demostraron mucha gallardía, las actuaciones que ejecutaron los protagonistas perduraran por largo tiempo en la memoria de la multitud que a través de la televisión siguió los detalles de cada desafío. Se jugó un buen béisbol.
Los campeones tuvieron varios héroes, el más destacado, sin dudas, Juan Lagares; no en vano fue reconocido como el Jugador Más Valioso. Aportó con el bate y su desempeño en el bosque central estuvo a la altura de su prestigio de Guante de Oro de liga mayor. Las diez carreras que remolcó representan apenas la quinta ocasión en 67 eventos que un jugador consigue dobles cifras en ese importante renglón.
Varios otros realizaron importantes contribuciones que permitieron alcanzar el objetivo, sin embargo vale señalar algo muy importante. Soy de los que cree que los juegos de béisbol lo ganan o lo pierden los jugadores en el terreno, los dirigentes asumen responsabilidades y toman las decisiones que entienden son las correctas, a quienes le toca ejecutar es a los atletas. Juzgar esas decisiones después de los resultados es fácil, esa es la parte técnica de este deporte de por sí complicado; donde el trabajo del dirigente se torna difícil es cuando debe asumir un liderazgo que insufle confianza en sus pupilos, manejar las diferentes personalidades sacando lo mejor de su esencia.
En esa parte Félix Fermín ha demostrado ser un maestro y es lo que lo ha llevado a la cúspide como manager. La demostración que ofreció en la pasada serie final en ese aspecto es intangible, no se puede medir, pero fue evidente. Se podrán criticar sus decisiones y tipo de estrategia, pero la influencia que ejerce en los equipos que conduce no tiene discusión; es su mayor virtud.