Casey lleva el zumbido de la historia del Masters a 65 y lidera temprano

Ya con siete meses de retraso debido a la pandemia, el Masters más inusual tenía 30 minutos el jueves cuando el silencio fue interrumpido por un estruendo de Amen Corner.

No hay rugidos esta semana. Solo trueno. Y luego un retraso meteorológico de casi tres horas.

Todo eso, y aun así valió la pena la espera.

Paul Casey igualó su puntuación más baja en el Masters con un 7 bajo 65, lo que le dio una ventaja de dos golpes entre la mitad del campo afortunado de jugar en perfectas condiciones de anotación. Tiger Woods igualó su inicio más bajo, un 68, y mantuvo una tarjeta libre de fantasmas en un major por primera vez en 11 años.

El recorrido fue diferente de lo que esperaban, fruto de la lluvia y el calendario. El silencio fue exactamente lo que esperaban porque las Grandes Ligas no han tenido espectadores en 16 meses.

Pero seguían siendo los Maestros.

"Mucha gente como yo estamos emocionados de jugar esto", dijo Casey. “Esto es un placer. Siempre ha sido y siempre será un verdadero placer ".

Sin duda, la ausencia de rugidos fue tan espeluznante como el sonido de un dron que se acercó al primer tee mientras Jack Nicklaus y Gary Player se preparaban para realizar sus golpes de salida ceremoniales. El Masters está usando dos drones este año, el primero.

“Muchas novedades hoy. Así ha sido todo este año ”, dijo Woods. "El hecho de que podamos competir por un Masters este año, considerando todo lo que ha estado sucediendo, es una gran oportunidad para todos nosotros".

Casey encontró energía en la familiaridad del curso, en la historia, en la mística. Y fue suficiente para llevarlo a una ronda que necesitaba en un día, un día parcial, de baja puntuación. Doce de los 48 jugadores que terminaron tiro en la década de los 60.

Woods, un notorio comienzo lento a pesar de sus cinco chaquetas verdes, tuvo un momento en el que pensó que podría haber problemas al acecho. Era el quinto hoyo, en el que se burló de las cuatro rondas del año pasado cuando ganó el Masters. Hizo un desvanecimiento bajo desde el tee que lo dejó 227 yardas hasta el hoyo.

"Golpeó un hierro 4 en el borde trasero y solo rodó un pie", dijo Woods. "Eso no sucede aquí".

La multitud más grande, unas 100 personas en este caso, estaba dos grupos por delante de Woods viendo a Bryson DeChambeau estrellar tiros contra árboles y un tiro a los arbustos de azaleas detrás del green 13. Tuvo suerte de encontrarlo porque su tiro provisional se fue al arroyo. Todavía hizo doble bogey, aunque se las arregló para sacar un 70.

Tanta acción, propia de los Maestros, y tan poco volumen.

Y para tantos jugadores, no querrían estar en ningún otro lugar.

“A principios de año, expresé mi opinión sobre no disfrutar del golf en una pandemia”, dijo Casey. “No sabía cómo sería la experiencia sin fanáticos y, hasta ahora, no la he disfrutado. No he tenido nada, o muy poco, de lo que sacar provecho de haber jugado golf en torneos. El Masters, sin embargo, esta semana todavía tiene un zumbido. Hay energía y un poco de vibración.

“Sí, claramente es mucho menos de lo que estamos acostumbrados. Pero hay algo en este lugar. Me sentí emocionado de estar aquí ".

La emoción de Casey comenzó en el temible décimo hoyo cuando se acercó a un pin delantero a unos 5 pies de distancia para hacer birdie. Tuvo oportunidades de águila en ambos par 5 en los últimos nueve y se conformó con birdies. Tomó un pin de izquierda en el segundo par 5 con un hierro 6 y vio cómo la pelota saltaba a 6 pies de distancia para el águila.

“No se puede hacer ese tiro en abril", dijo. "Lanzó y se detuvo instantáneamente, y esa toma en abril habría dado un salto hacia los clientes".

Webb Simpson jugó una ronda ordenada, colocando águila en el No. 2 después del turn y terminando con siete pares para un 67. Se le unió Xander Schauffele, un subcampeón de Woods el año pasado, quien tuvo siete birdies en su ronda de 67. .

"Estás yendo a pines con los que no te sentirías tan cómodo", dijo Schauffele. “Hay tantos lugares donde se quedará tu pelota. Fue realmente extraño ".

Lee Westwood no estaba seguro de volver alguna vez al Masters, ganando un boleto de regreso con su empate en el cuarto lugar en el Abierto Británico el verano pasado. El mejor jugador sin major demostró que aún le queda algo de vida a los 47 años. Disparó 31 de frente y limitó el daño en la espalda a 68, uniéndose al grupo que incluía a Woods, el ex campeón de Masters Patrick Reed, Hideki Matsuyama y Louis Oosthuizen.

Dustin Johnson, el jugador número uno del mundo, estuvo entre los que jugaron por la tarde y tuvieron que regresar el viernes por la mañana para terminar. Abrió con un águila en el No. 2 y estaba 3 bajo en el turn. Justin Thomas comenzó con tres birdies seguidos y estuvo en 5 bajo en 10 hoyos.

Rory McIlroy también jugó por la tarde, hizo bogey en su primer hoyo y estaba luchando por hacer birdies. Estuvo a la par en la curva, lo que se sintió peor en un día como este.

El retraso fue lo último que necesitaron los Masters con horas de luz limitadas que condujeron a la salida de dos tee. Cada minuto cuenta, y era dudoso que se pudieran completar 36 hoyos para este viernes.

La ovación más fuerte (aplausos, ciertamente no un rugido) llegó cuando Nicklaus y Player golpearon los golpes de salida tan temprano que no pudieron ver dónde aterrizaron. Cinco grupos atravesaron un agujero antes de que sonara la sirena para detener el juego durante 2 horas y 45 minutos. Y luego los jugadores comenzaron a iluminar el campo mientras las nubes se movían hacia el este y esas famosas sombras de los pinos de Georgia se extendían por las calles.

Parecía solo los Maestros, menos las flores de primavera, incluso si no sonaba como uno.