“LAMENTO”

La vida es como un boomerang y lo que va viene. No hay forma de que nos podamos escapar de tener que experimentar lo mismo que damos; es como un campo grandote donde lo que se siembra se cosecha en una ley infalible que no exonera a nadie.

En la vida no hay impunidad, el Juez no se deja comprar, chantajear ni manipular aunque desde una posición de poder y estatus pensemos que si. Cuando los atletas están en la cúspide de su éxito están en mayor riesgo que cuando nadie los conoce y no hay algo que cause más lamento que un deportista ensimismado. Pero es un lamento que muchas veces no llega en lo inmediato, por eso no se anticipa a ello.

El lamento del deportista profesional viene después que no ha escuchado consejo, que no ha valorado lo que es, que se ha creído la movie de que puede hacer y deshacer. Y no, no es así. La vida es como un boomerang, si traicionas serás traicionado; si maltratas serás maltratado, si humillas serás humillado.

El lamento puede evitarse si se escucha a pesar de estar encumbrado. El lamento no tiene que llegar si se entiende que todo lo que sube tiene que caer, que la juventud es corta, que las riquezas le salen alas y vuelan, que lo que es ya fue y lo que será ya pasó.

No importa que tan fenómeno sea el prospecto, el jugador del momento, el jugador franquicia, el MVP, el julio 2, el Juez sigue juzgando. El dinero, la fama, el estatus no añadirá nada al momento que nos toque entrar en audiencia; solo bastará lo que hiciste con la vida que se te entregó y como manejaste lo que se te confió.

Atletas es mejor precaver que lamentar, escuchar que llorar, detenerse con frialdad y no actuar con arrebato. Nadie le ha ganado el juego a la vida y ese campeonato ella no se lo dejará quitar.

“Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores.” Salmos 37:16 RVR1960