A TIRO DE HIT
La transformación de Lucas Giolito
Con una dominante exhibición de talento y “stuff”, el as de los Medias Blancas de Chicago Lucas Giolito lanzó el primer no-hitter de su carrera el pasado martes, en una victoria 4-0 sobre los Piratas de Pittsburgh. Fue una demostración más de la positiva evolución de Giolito luego de una pésima temporada en 2018.
El pitcher derecho de 26 años había sido la selección de primera ronda de los Nacionales de Washington en el sorteo de novatos de 2012. Con 6’6” de estatura, una bola rápida que pasaba de 95 mph, excelente curva y cambio de velocidad, Giolito tenía “futuro estelar” prácticamente escrito en su frente.
Antes de llegar ese punto tuvo que superar el contratiempo de una cirugía “Tommy John” practicada poco después de ser firmado, un cambio de organización y su pobre desempeño de 2018, cuando tuvo el peor Promedio de Carreras Limpias de las Grandes Ligas, 6.13, en 173.1 entradas.
Definitivamente había trabajo que hacer. Utilizando videos de alta velocidad filmados con la popular cámara Rapsodo, Giolito cambió su mecánica, acortando el recorrido de su brazo y soltando la pelota de forma que se asemeja más a la mecánica tradicional de un receptor que de un lanzador. Así logró “esconder” mejor la esféride, disminuyendo el tiempo de reacción de los bateadores.
También modifico su repertorio, abandonando la bola rápida de dos costuras y regresando a la utilización de cuatro costuras. Además de incrementar de inmediato la velocidad, ese lanzamiento tirado en la parte alta de la zona de strike le permite a Giolito ser más exitoso en esta era de swings de “abajo hacia arriba” de muchos bateadores, que buscan aumentar su ángulo de salida (launch angle) para conectar más cuadrangulares.
El cambio también provocó un incremento importante en la rotación (spin rate) de la bola rápida del joven lanzador, mejorando de un promedio de 2,099 a 2,333 RPM entre 2018 y 2019.
Los resultados fueron inmediatos. Desde el día inaugural de la temporada pasada, presenta marca de 17-11, 3.35 con una proporción de casi 12 ponches por cada nueve entradas.
Los ajustes han convertido a Giolito en el as que los Medias Blancas necesitaban, pieza fundamental de un equipo con prometedor futuro.