Arroyo ahora triunfa como reguetonero
Carlos Arroyo ha sido durante veinte años el corazón baloncestístico de Puerto Rico. El equipo nacional del que pasó Carmelo Anthony (nacido en Nueva York, descendiente de familiares boricuas) para convertirse en uno de los regeneradores de USA Basketball, siendo el más destacado en el concierto FIBA con sus tres oros olímpicos en 2008, 2012 y 2016, es el que ha sostenido Arroyo con mas o menos acierto.
En 2004, en los Juegos de Atenas, cuando más bajo estaba cayendo Estados Unidos, la Puerto Rico de Arroyo dio la puntilla a un equipo en el que empezaba a aparecer Melo. Siempre fue la red, pero cuando intentó soltarse no llegó a ningún sitio. Y es que este base nacido en Fajardo lo intentó en la NBA y toda la expectación que tuvo que manejar sólo le vino mal. De calidad indudable, poco importó que no le eligieran en el Draft de 2001. Llegó a la Liga igualmente. Tras curtirse en la LNB, la liga de su país, en el Cariduros y el Cangrejeros, los Raptors, siempre pensando en el talento internacional, le ofrecieron un contrato. Ese año fue una locura para él, ya que terminaría en otro equipo, Denver Nuggets, y luego yéndose a España para jugar en Vitoria.
Intentos
Paralelamente a su acción con el balón naranja, a Arroyo le gustaba mucho producir y editar música. Nada que no se haya visto ya, sobre todo en la NBA, pero en su caso sus pistas sí alcanzarían cierto nivel de éxito. Volviendo a la NBA del big-three de 2010, a acaballo entre Miami y Boston ese primer año de LeBron James en South Beach, Arroyo siguió haciendo pinitos. “En Israel lo hacía muy mal y el productor se cabreaba mucho”, admite en una entrevista en Bleacher Report sobre su carrera musical. Lo descartó cuando regresó a Europa, primero en dos etapas en Turquía y luego en el último año de Xavi Pascual a cargo del Barça, y cuando se instaló en Miami empezó a entrar en contacto con muchas más personas del entorno del reggaetón, el estilo en el que se ha centrado, y se abrió un camino nuevo. En ese tiempo hasta que terminó retirándose del baloncesto el dinero del baloncesto ya no era tanto y prefirió ahondar en lo que le permitiría hallar esa nueva senda.