MUJERES DE GRANDES LIGAS
”Centrados”
El balance de un atleta por lo general esta en la fortaleza de su tren posterior, abdominales, piernas, glúteos, etc. Ahí radica la mayor parte del peso y estructura de su rendimiento, agilidad, movilidad, flexibilidad, desplazamiento, vertical, entre otros elementos necesarios para resultados óptimos.
El atleta tiene que trabajar mucho para alcanzar ese balance donde su parte posterior soporte todo lo que es: su masa muscular, su capacidad de coordinar, el instinto de movimiento, los virajes bruscos, etc. Para que las caderas no giren para un lado, los hombros para otro, el codo para arriba y la muñeca para abajo el atleta tiene que estar centrado.
Estar centrado es saber administrarse; es conocer las fortalezas y debilidades; es saber cuando descansar, cuando arreciar, cuando detenerse y cuando continuar. Es saber hacer buen uso de lo que funciona para uno y apoyarse en otros en aquello en lo cual no se es tan diestro. Estar centrado es impedir que una sola parte del cuerpo tome control de ti, para no comprometer el rendimiento general del mismo. Estar centrado es tener el manejo apropiado de saber cuando hay algo que no está funcionando y necesita reajustarlo.
Estar centrado es saber que la vida útil del atleta es corta y breve y que no se puede creer la película de que todo el tiempo estará en alta. Es comprender con madurez que los que hoy están aplaudiendo tus conquistas es probable que no estén para apoyarte en el declive de la profesión que le ha tocado ejercer. Estar centrado es aprender de los errores de otros para que tu mismo no tengas que atravesar lo que por observación puedes evitar.
Estar centrado no es hablar bonito, ni duro, no es hacer alardes ni estar callado, no es payasear o ser en extremo serio, es simplemente aprender a entender donde radica tu balance para que no pierdas poder en el rendimiento de la vida y sus requerimientos.
“El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza.”
Proverbios 28:19 RVR1960