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CON LOS CAMPEONES

Los conflictos en el béisbol de las Grandes Ligas

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Mario Emilio GuerreroSanto Domingo

En los últimos 48 años, los conflictos entre dueños de equipos y peloteros han afectado el beisbol de las Grandes Ligas.

Los desacuerdos han surgido por el reclamo de reivindicaciones económicas y laborales por parte del sindicato de jugadores y la oposición de los propietarios a ceder ante muchas de esas demandas.

El primer gran enfrentamiento se produjo en 1972, cuando los peloteros se declararon en huelga exigiendo mejoras en el plan de pensiones y el sistema de arbitraje salarial.

El paro impidió que la temporada se iniciara en la fecha programada y se prolongó de 1 al 13 de abril, provocando la suspensión de 86 partidos. Desavenencias sobre el sistema de compensaciones por la recién implementada agencia libre, trajo como consecuencia que los jugadores se fueran a la huelga en el 11 de junio de 1981.

El paro se extendió hasta el 31 de julio, cuando se llegó a un entendimiento. La campaña se reanudó el 9 de agosto con la celebración del Juego de Estrellas y en total se cancelaron 712 partidos. Pero, la peor crisis aconteció en 1994.

El 12 de agosto, el sindicato de jugadores, al fracasar los intentos por firmar un nuevo contrato colectivo de trabajo con los propietarios, se lanzó a un paro de funestas consecuencias.

La interrupción conllevó a la cancelación del resto de la campaña y a que no se celebrara la postemporada.

El 30 de marzo de 1995, la jueza federal Sonia Sotomayor emitió una orden judicial impidiendo que los dueños implantaran unilateralmente un contrato laboral y usaran jugadores reemplazo.

Eso puso fin a la huelga y la campaña se inició el 25 de abril, limitando la serie regular a 144 juegos por equipo.

En 1973, 1976, 1985, 1990 y 1997 se produjeron bloqueos en las negociaciones entre jugadores y propietarios, pero ninguna de esas disputas provocó que se dejara de jugar.

En la presente crisis, ocasionada por la pandemia del coronavirus, las desavenencias han resurgido y la imposibilidad de ponerse de acuerdo en temas económicos impide que se fije una fecha para comenzar la temporada de este año. Si las partes no ceden en sus posiciones será difícil que se juegue y es un mal presagio de lo que podría ocurrir en 2021, cuando se tiene que rubricar un nuevo acuerdo colectivo.

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