PRESENCIA DOMINICANA
Torneos jonrones y estadios
El Estadio Quisqueya Juan Marichal tiene una seductora historia relacionada con los jonrones. Cuando se inauguró en 1955 era difícil disparar un cuadrangular en él, al extremo que un nativo logró violar la verja por primera vez en un torneo profesional al año siguiente de ser abierto. Lo consiguió Osvaldo Virgil frente a las Águilas. Anteriormente, en un juego de exhibición entre Escogido y Estrellas, Walter James había conectado de cuadrangular y en el béisbol aficionado lo había alcanzado Alfredo Reynolds.
No obstante, en la campaña de 1957-58 ocurrió que dos bateadores alcanzaron disparar diez o más en el señalado parque. Dick Stuart con Águilas Cibaeñas, que entonces lo tenían como sede, conectó trece de su total de catorce allí y Gene Oliver, receptor del Licey diez. Desde entonces nadie ha conseguido cifras dobles de batazos de cuatro bases en una campaña en esa instalación. Ralph Bryant en 1986-87 ha sido el que más se ha acercado, ese año conectó ocho jugando para el Escogido.
Colectivamente en el torneo que menos jonrones se han disparado fue en ese de 1956-57; solo 31. Pero ese año ocurrió que las Estrellas Orientales se retiraron de la contienda antes de agotarse el calendario y los juegos que quedaron pendientes con ellos no se jugaron, aunque si declarados forfeit a favor de los demás según los que tuviesen pendientes. En condiciones normales el certamen de menos jonrones fue el inaugural de 1955-56 en el que se dispararon 43, casi todos los encuentros se verificaron en el flamante estadio, con excepción de algunos efectuados en el antiguo parque de San Pedro de Macorís. Sobresalió ese año la actuación de Willie Kirkland, un jardinero importado por el Escogido que conectó nueve de esos cuadrangulares representando un 21% del total, promedio impresionante. Casi duplicó a su más cercano competidor, Jerry Lynch de las Águilas que logró cinco. Esa marca fue amenazada en la temporada de 1979-80 cuando solo se dispararon 46, jugando en tres estadios incluyendo el Cibao, que es muy favorable para el batazo de largo alcance. La baja productividad fue tal, que el liderato individual fue compartido por cinco bateadores, cada uno con tres.