CON LOS CAMPEONES
El gran Danilo Rivas (y V)
Hoy concluiré las reseñas sobre la carrera de Danilo Rivas con su actuación en la liga mexicana de verano.
Luego de lanzar en 1966 en las sucursales de doble A (Amarillo) y triple AAA (Oklahoma City) de los Astros de Houston, registrando marca de 11-7 y efectividad de 3.00, Rivas lanzó al año siguiente con los Sultanes de Monterrey y tuvo una buena actuación.
En 27 partidos, trabajó en 168 entradas, ponchó a 138 y su récord fue de 12-4, con una efectividad de 3.11.
Regresó con los Sultanes en 1968, pero no le fue bien, compilando foja de 2-6 y efectividad de 5.58.
En 1969 regresó a los Estados Unidos con la organización de los Piratas de Pittsburgh, que lo asignaron a su equipo triple A, donde logró marca de 8-5, una blanqueada y efectividad de 4.12. En 58 juegos, 4 como abridor, lanzó 129 innings, permitiendo 116 hits, con 103 ponches y 59 boletos.
En 1970 comenzó con los Piratas (7-8, 4.50), pero antes de terminar la campaña volvió al béisbol mexicano, esta vez con los Diablos Rojos de Ciudad de México, donde laboró en 17 partidos como relevista, finalizando con registro de 1-0 y efectividad de 1.29.
Repitió con los Diablos Rojos la siguiente campaña y logró su mejor actuación en la pelota mexicana. Su récord en 1971 fue de 18-8 con una efectividad de 2.85. En 31 apariciones tiró 199 innings y ponchó a 120 bateadores.
En una tercera campaña con el conjunto capitaleño en 1972, tras lanzar en 33 partidos, finalizó con marca de 11-12 y efectividad de 3.86, logrando 106 ponches en 189 entradas.
Pasó en 1973 a los Petroleros de Poza Rica y con ese club su récord fue de 5-9, con efectividad de 3.77. En 18 salidas abanicó a 58 en 98 episodios.
Su último año en México fue 1974, cuando actuó brevemente con los Saraperos de Saltillo. En 4 partidos tuvo marca de 0-2 y efectividad de 15.19.
En total, en 7 campañas en el circuito mexicano de verano, tuvo marca de 49-41 y efectividad de 3.57. En 127 juegos, lanzó 716 entradas y ponchó 462 rivales.
A grandes rasgos, esa fue la carrera de Danilo Rivas, sin duda, uno de los grandes lanzadores dominicanos de todos los tiempos.