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MUJERES DE GRANDES LIGAS

“OJALÁ”

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Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

Históricamente nuestras tendencias como seres humanos se convierten en un punto de referencia para observar patrones de conducta. Se supone que esos patrones deben servir como ejemplo a otras generaciones con fines de evitarlos o emularlos. Pero con el tiempo tendemos a olvidar lo que vivimos, pasamos y experimentamos.

En este cese de actividades que ha afectado el deporte y mucho más, nos hemos visto confinados a convivencias que nunca en la vida habíamos experimentado. Nos hemos visto encerrados, atemorizados, desconcertados, afligidos, enlutados, llenos de incertidumbre y cargados. Aún no tenemos ni certeza de que algunas ligas puedan reanudar sus temporadas, de cual sería la logística a implementar para proteger y cuidar a los atletas y al personal.

Ojalá que estos dos meses que cada deportista ha vivido lejos de su cotidianidad no haya sido en vano en cuanto a la reflexión de su propia vida de manera integral. Ojalá que cuando todo esto pase y los calendarios se llenen, los viajes se reanuden y los equipos se reintegren, no se nos olvide que nuestro orden de prioridad no era el más correcto y querramos poner todo en su lugar. Ojalá que cuando las cuentas aumenten y se llenen los bolsillos recordemos que el Unico que no se quebró fue Dios Padre y el permitió que tuviéramos sustento todo el tiempo. Ojalá que cuando las autoridades nos den libertad para volver a la normalidad, no convirtamos esa libertad en libertinaje como que nunca vivimos este choque de realidad.

Ojalá que los atletas hayan utilizado este tiempo de inactividad para apreciar aquello que por los afanes no se habían detenido a mirar; que hayan entendido que la fragilidad de la vida es algo real. Ojalá que como dominicanos no ratifiquemos la fama de la celebre frase que versa que “aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla.” Ojalá que no olvidemos lo poca cosa que somos y que debemos respetarnos y respetar al Dios que nunca ha dejado de estar.

“Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,”

Deuteronomio 8:11-12

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