TRIPLE TEAM
Michael Jordan, el gran tirano
Otro aspecto que ha llamado la atención en la serie documental “The Last Dance” o El Último Baile es la forma en la que Michael Jordan, en algunas oportunidades, trataba a sus compañeros de los Bulls de Chicago durante las prácticas.
Más allá de la naturaleza competitiva de “Su Majestad”, su propensión a las apuestas, su forma de estimularse ante sus rivales, sean realidad o ficción, queda en la mente de muchos que Jordan fue una especie de tirano, un mal compañero o una persona poco comprensiva.
Pero más que todo eso, lo que en el fondo perseguía el número 23 era la perfección. Ya lo había logrado en su juego, pero sabía que el éxito colectivo no dependía solo de él. Necesitaba la colaboración de sus compañeros sin importar la clase de aporte que terminara siendo.
A diferencia de lo que siempre ha pensado mucha gente, Jordan -ni ningún jugador en un deporte de conjunto- ha ganado un solo título solo. Es obligatorio que otros actores también desempeñen su papel, en mayor o menor medida.
Y en medio de una competencia tan demandante como la NBA y con la calidad de los rivales a enfrentar, ya el mítico jugador sabía que si no recibía el apoyo de sus compañeros sería difícil llegar hasta la tierra prometida.
La serie presenta disputas con Scott Burrell y Steve Kerr, sobre todo con este último al que llegó a golpear durante una de las prácticas dirigidas por Phil Jackson.
Pero no es la primera ni será la última vez que se van a presentar diferencias, rivalidades y reyertas entre compañeros. Pero lo que buscaba Jordan no era irrespetarlos o humillarlos.
Su intención era prepararlos para la competencia que iban a enfrentar. No era que llegaran a ser como él -pocos a nadie pudo o puede-. Era que mantuvieran la aptitud necesaria para poder responder a la exigencia del momento.
Pero si Jordan fue un tirano con sus compañeros sí que le dio los resultados esperados.