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ATLETISMO

David Rudisha regresa a los entrenamientos para buscar hacer historia en Juegos Olímpicos

David Rudisha pretende participar en los próximos Juegos Olímpicos que se celebrarán en Japón.

David Rudisha pretende participar en los próximos Juegos Olímpicos que se celebrarán en Japón.

Tras varias lesiones, una vida nocturna agitada y un grave accidente donde rozó la muerte, el rey keniano de 800 metros, David Rudisha, de regreso a los entrenamientos, espera entrar en la historia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

El keniano de 31 años espera convertirse en el primer atleta en ganar tres veces seguidas la medalla de oro de 800 metros en la historia de los Juegos Olímpicos.

"Si integro el equipo y me clasifico para la final, diría que tengo el potencial de ganar una medalla de oro, o al menos una medalla", explicó este martes a la BBC.

Pero está lejos el tiempo en el que batió el récord del mundo en la final de los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012, con un tiempo de 1 minuto, 40 segundos y 91 centésimas.

Tras su segundo título en Rio en 2016, cuatro años frustrantes han seguido para el atleta, que no ha participado en competición desde julio de 2017, con varias lesiones.

"La pista me faltaba y no he podido entrenar estos dos últimos años. Cuando entreno, siento que hago lo que me gusta de verdad, lo que me apasiona", señaló.

Rudisha sufrió además problemas extradeportivos como la pérdida el año pasado de su padre, Daniel, plata con el relevo keniano de 4x400 metros en los Juegos de 1968.

El doble campeón del mundo de 800 metros también había confesado en el pasado haber ganado peso, buscando "un poco de distracción en la destrucción".

"Nunca he dicho nada sobre ir de fiesta, solo de tener una vida social, como todo el mundo tiene derecho a una", quiso corregir el keniano. "Nunca me he caracterizado por hacer cosas extremas, no va conmigo", añadió.

Rudisha, en este paso por los infiernos tras sus tiempos de gloria, tuvo el año pasado un grave accidente, cuando su auto chocó de frente con un autobús que circulaba por donde no debía, saliendo indemne en el aspecto físico, pero con secuelas psicológicas.

"Fue verdaderamente horrible y aterrador", explicó. "Salir sin ninguna herida fue un milagro", concluyó.