Una serie exitosa

La Serie del Caribe ya no es lo que era. De ser un evento de grandes luminarias, ha pasado a ser una competencia en que los equipos están integrados por jugadores de ligas menores e independientes o del circuito veraniego mexicano, principalmente. Ni peloteros de las ligas asiáticas participan en el certamen, ya que no obtienen en permiso de sus clubes para jugar en esta época del año. Pero aún con estas características, la Serie del Caribe sigue levantando pasiones y eso lo hemos vivido en la presente edición celebrada aquí. El entusiasmo ha sido desbordante y el público ha brindado un extraordinario respaldo al evento con grandes asistencias, sobre todo en los dos partidos en que Puerto Rico enfrentó a República Dominicana.

Puerto Rico tradicionalmente ha resultado una sede exitosa, lo mismo que México y Venezuela. Donde el respaldo se ha sido tímido en las últimas ocasiones es en nuestro país y una muestra de ello fue el fracaso, en lo que a público se refiere, de la más reciente edición celebrada en Santo Domingo hace 4 años. Sin lugar a duda, México ha sido el anfitrión por excelencia del clásico caribeño, sin importar la ciudad que acoja la justa.

Por eso en una oportunidad se propuso que la Serie se jugará cada dos años en la nación azteca, como una manera de asegurar la bonanza económica del certamen. En República Dominicana habrá que hacer un Dream Team, al estilo del aquel conjunto puertorriqueño de 1995, para ver si el fanático se anima a dar su apoyo al evento. Desde ya la Liga Dominicana tiene que ir pensando que hará para que la Serie que se jugará en 2021 resulte atractiva al público y una alternativa sería mudar la sede a una ciudad del interior. Recuerdo que, en 2008, cuando Santiago acogió el certamen, el apoyo fue masivo y la Serie resultó un rotundo éxito. En esta ocasión se puede hacer lo mismo y si no se selecciona el parque Cibao nuevamente, una excelente alternativa sería el estadio Francisco Micheli, que todo el año se mantiene en magníficas condiciones.