Un recuerdo de Serie del Caribe

La intensidad de los enfrentamientos de Series del Caribe entre República Dominicana y Puerto Rico es legendaria, algo que se ha puesto de manifiesto una vez más en el actual clásico.

Por la celebración del evento en la isla hermana, nos llega a la memoria el final dramático de la Serie del Caribe de 2003, celebrada en el Estadio Roberto Clemente Walker de Carolina.

Venezuela no participó en esa ocasión por problemas políticos. Los anfitriones llenaron la vacante llevando dos equipos: Los Indios de Mayagüez (campeones) y Criollos de Caguas (sub-campeones).

Las Águilas Cibaeñas eran los representantes nacionales.

Los Indios se presentaron con un excelente equipo y le ganaron el primer enfrentamiento a las Águilas de manera dominante, 10-0. Kiko Calero y Fernando Cabrera se combinaron para dejar en dos hits a la ofensiva dominicana, ponchando un total de 12 bateadores. José Valentín pegó tres imparables, incluyendo un cuadrangular, y Donzell McDonald remolcó tres vueltas.

Mayagüez mejoró su marca a 3-0 y las Águilas cayeron a 2-1.

Cuando los equipos se encontraron nuevamente el último día de la serie, los boricuas seguían invictos con 5-0 y los quisqueyanos tenían 4-1. Las Águilas necesitaban una victoria para empatar en la tabla de posiciones y forzar un juego extra. Y una victoria fue lo que consiguieron.

José Acevedo tiró siete dominantes entradas, permitiendo dos hits y ponchando 12 oponentes. Raúl Mondesí y Félix José pegaron cuadrangulares, mientras que David Ortiz pegó tres hits y remolcó dos vueltas en el triunfo 6-0.

Había que jugar uno más. Luego del partido, se le preguntó al dirigente Félix Fermín su lanzador del choque decisivo y respondió: “Todavía no tengo a nadie”.

Resulta que Claudio Vargas había regresado a República Dominicana luego de iniciar el segundo partido de la serie para iniciar su preparación para los entrenamientos de primavera. Fue necesario hacer rápidas gestiones para que el joven tirador regresara a Puerto Rico para el importante encuentro. Y así lo hizo, presentándose al hotel de la delegación dominicana en horas de la mañana.

La expectativa era enorme, y la confianza del equipo dominicano era palpable.

A la hora de la verdad, la maquinaria aguilucha no perdió tiempo, marcando cuatro carreras en la primera entrada contra Josué Matos. Vargas tiró seis entradas en blanco y Miguel Tejada y Ortiz fueron las estrellas ofensivas en una cómoda victoria 7-3.

El equipo dominicano completó así la misión de vencer a su archirrival en su propio territorio.