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TRIPLE TEAM

Querido Kobe Bryant

Más allá de sus grandes hazañas dentro de la cancha, Kobe Bryant deja una gran enseñanza de vida tras su abrupta partida del mundo terrenal.

Ha sido unánime la muestra de tristeza por todas partes tras la pérdida de uno de los mejores jugadores de baloncesto de todos los tiempos.

Dejando de lado los récords, las comparaciones, los puntos, los premios de Más Valioso, los canastos decisivos, los campeonatos, Kobe tuvo un legado que sirve de ejemplo, no solo para los deportistas profesionales si no para cualquier ser humano.

Su determinación, su coraje, su valentía eran tres aspectos a resaltar en un carácter a veces indomable, pero que no era más que una consecuencia del fuego interno que lo consumía: la competencia por el éxito.

Un políglota que amaba el fútbol y que atravesó por grandes obstáculos en su vida como atleta y persona, Kobe fue la personificación del trabajo duro, intenso, a veces demencial, con la que hay que afrontar los deberes en cualquier empresa, empleo o propósito.

Famosas son las anécdotas que lo sitúan más allá del término de “rata de gimnasio”. Son tan desproporcionadas que parecen que no son verdad: llegar dos horas antes de los entrenamientos, retar a compañeros a juegos individuales hasta los 100 puntos -nunca le anotaron más de 12-, practicar movimientos en toda la cancha sin pelota, entrenar de 4 a 11 de la mañana, no parar hasta haber encestado -los iba contando- hasta 800 lances y un largo etcetera.

No hay dudas de que fue un talento bendecido por Dios. Pero la forma en la que cultivaba sus dones tiene pocos similares. En sus primeros años entendía que tenía que cargar sobre sus hombros a todo el equipo lo que le trajo problemas con compañeros y entrenadores. Pero luego comenzó a confiar más y fue exitoso, aunque nunca dejó de predicar con el ejemplo.

Y así como aprendió de sus errores en la cancha, también lo hizo en su vida personal. La acusación de violación a una joven en el 2003 lo llevó a tener que reconocer una infidelidad delante no solo de su esposa, si no de decenas de periodistas y medios de comunicación que transmitieron su confesión alrededor del mundo. Siempre mantuvo la teoría de que fue una relación consensuada.

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