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CON LOS CAMPEONES

Federer y Nadal: Wimbledon 2007

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Mario Emilio GuerreroSanto Domingo

Aprovechando el asueto del Día de Navidad, volví a ver la final de Wimbledon de 2007 entre Roger Federer y Rafael Nadal. Sin dudas, uno de los mejores encuentros jamás celebrados, de esos que entran a la categoría de leyenda y que nadie se cansa nunca de rememorar. La calidad del espectáculo, la rivalidad entre dos caracteres muy diferentes, la intensidad de tenis vivida en cinco sets enormes, han logrado que este partido sea considerado un capítulo irrepetible de la historia del tenis. Federer era a la sazón el número uno del mundo e iba por su quinto título consecutivo en Wimbledon, hazaña que lo igualaría con el legendario Bjorn Borg. Nadal, a sus 21 años, figuraba segundo en el ranking. El duelo era una reedición de la final del año anterior.

En el inicio del choque, Federer toma ventaja de 3-0, pero Nadal rápidamente le devuelve la rotura e iguala a tres. Tras una intensa batalla, el set se decide en un tie-break, en que Nadal, estando debajo 2-5, logra recuperarse, pero se queda corto y el suizo se impone 9-7. Nadal, jugando un tenis fantástico domina el segundo parcial y con una rotura de servicio en el décimo juego gana el set con un 64 más que merecido. En la tercera manga, el partido no pierde en intensidad y Federer solo sale ileso del mejor juego de Nadal, gracias al poder de su saque. Ambos mantienen el servicio y se llega a un segundo tiebrake, que el suizo solventa con un 7-3. El español, dando muestras de su gran espíritu competidor, recupera de nuevo la situación con un cuarto set impecable que culmina con un nítido 6-2. En el quinto set, Nadal dispone, con 1-1 y 2- 2, de sendos 15-40. El español pierde, en su última bola de break, una gran oportunidad cuando su forehand cruzado sale por milímetros. El suizo salva la crisis y desplegando su mejor tenis, rompe dos veces el saque del español, en el sexto y octavo juego, y se lleva el parcial con un contundente 6-2.

Después de 3 horas y 45 minutos de intenso drama, el suizo se impuso 7-6 (7), 6-4, 7-6 (3), 2.6, 6-2, en una de las grandes gestas de tenis moderno, que, para ser justos, pudo ganar cualquiera.

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