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MUJERES DE GRANDES LIGAS

”Radiantes”

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Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

Los atletas trabajan duro para mantener sus físicos en la mejor manera. El que es responsable con su herramienta corporal, cuida lo que come, vela por su descanso y toma medidas en su estilo de vida. Con la madurez el atleta entiende que mientras más radiante se siente y se ve, mejor desempeñará lo que toque enfrentar.

Muchos trabajan duro, durísimo para llegar a un acondicionamiento físico ideal: porcentaje de grasa corporal mínimo, aumento de masa muscular, agilidad, flexibilidad, durabilidad, resistencia, entre otras. Una gran mayoría se abstiene de lo que quisieran comer por lo que tienen que comer con tal de lograr la meta propuesta. Los sacrificios no se hacen esperar cuando se trata de verse radiantes en el área externa.

Pero, ¿qué tanto se trabaja, se sacrifica, se invierte en vernos radiantes internamente? Los atletas hacen bien en atender todas las indicaciones que su entrenador les dé, pero a veces pocos entienden que no es suficiente con que asuman el régimen físico y nutricional solamente. Para ser radiantes hace falta más que un régimen externo, pues aunque físicamente un deportista exhiba una buena forma eso va de la mano de otras cosas.

Para ser radiante el atleta debe entender que debe ser responsable a él y a su familia inmediata también. Un atleta egoísta y yoísta que solo se preocupa por estar bien el, no podrá sostener su éxito aunque sea un fenómeno en exceso.

Para ser radiante el atleta debe priorizar lo que le conviene por encima de lo que quiere. Un atleta que se enfrasca en complacerse en sus caprichos personales e irrespeta su compromiso profesional no radiará por mucho tiempo y se esfumará como el viento.

Para ser radiante el atleta tiene que mantener un espíritu humilde y enseñable y no creerse la ‘movie,’ de que porque logró escalar ya no se le demandará más. El sistema deportivo profesional es peligroso y fino en su hábitat.

Cualquiera puede ponerse radiante cuando se tiene unos cuantos pesos por delante. Pero procuremos que el brillo que se obtenga no sea temporal, falso, de doble moral o tan barato que por encima de la ropa se nos note lo opaco.

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5:16 RVR1960.

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