Final cibaeña salva la temporada de la Liga Nacional

La serie final entre los Indios de San Francisco de Macorís y los Metros de Santiago salvó una temporada de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) que parecía iba a representar el principio del final del circuito.

Los presagios no eran nada halagüeños. Un cambio de fecha, la reducción del calendario de serie regular y el retiro de dos franquicias ponían en una perspectiva peligrosa el futuro del certamen.

Sin embargo, y contra la mayoría de los pronósticos, el final dejó un dulce sabor de boca a los fanáticos del deporte del aro y el balón en el país, gracias, sobre todo, a los equipos cibaeños.

Y es que tradicionalmente han sido las franquicias de la región norte del país las que más han apoyado -con la presencia de seguidores en las gradas- a la liga desde su creación como LIDOBA.

Con Antonio Mir a la cabeza, pero todavía con lagunas que hagan fuerte a su estructura, la LNB tiene ahora un reto importante: decidir si regresa a su sistema de competencia anterior -con dos circuitos y 20 partidos de vuelta regular - u opta por mantener el formato de este año que con menos juegos en la serie regular desembocó en una serie final inédita, pero que resultó en el choque de dos rivales regionales y en un enfrentamiento lleno de emociones que tuvo que resolverse en el máximo de siete partidos.

Todavía está el tema pendiente de conquistar el público de la capital, tener una mayor presencia en los medios tradicionales de comunicación -radio, televisión, prensa escrita- y mejorar en sentido general las condiciones para los atletas, sobre todo, las canchas.

Y en el terreno de juego, una vez más el “señor de los séptimos juegos”, el dirigente David Díaz demuestra toda su sapiencia en las líneas. Los tres campeonatos que ha ganado -uno con los Leones de Santo Domingo y dos con los Indios- se han producido en un último y decisivo encuentro.