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PRIMER ROUND

El peso welter en ebullición y Pacquiao dentro del burbujeo

La categoría welter, aun cuando aparezcan más en el dividido y comercializado mundo del boxeo, sigue como uno de los conglomerados más importantes y vistosos; siempre fascinante. Alguien dijo que junto a la división mediano era la frontera que divide el pugilismo en pesos ‘pesados’ cuando sobrepesa las 160 libras, y peso pequeños cuando baja de las 147; y lo veo claro, lo entiendo y lo creo, los welters tienen la proporción más equilibrada para lo que es el prototipo ideal de un boxeador.

El sábado disfruté cada uno de los 12 rounds de la unificación de los campeones welter Errol Spence Jr. y Shawn Porter, ambos norteamericanos y reyes del CMB y la FIB, desde el Staples Center de Los Ángeles, con más de 16 mil fanáticos. Estas son los combates que a un boxeo agonizante lo reviven en el gusto popular, estos fanáticos estuvieron de pie hasta en los minutos de descanso de los peleadores, fue una noche que podía pagarse doble y a nadie le hubiese dolido el bolsillo. Fue la típica función del toro feroz, Porter; y el audaz torero, en la velocidad e inteligencia de Spence, a todo lo largo de una docena de episodios sin desperdicios.

Porter cumplió su promesa de forzar la pelea y desde el primer tercio impuso el pleito adentro, su rival aceptó el reto y parecía una película, algo ensayado por la forma en que se golpeaban en los intercambios, regalando un reto parejo, limpio y de boxeo de primera calidad. El de menos pegada, pero sabio y buen colocador, Errol, le conectó una meteórica izquierda a Porter en el undécimo y lo llevó a besar la lona y ahí selló su victoria, pero dividida: dos tarjetas le fueron favorables 116-111; la tercera 115-112 fue para Porter. Nunca una decisión dividida ha dejado al público conforme, mucho menos a los seguidores del perdedor y ya saben lo que esto significa.

¿Y AHORA?: Una revancha podría ser muy interesante y generaría muchos millones, pero mayor recaudación aun sería si se miden el ganador Errol Spence Jr. ante el “viejito” Manny Pacquiao en un pleito de generaciones y unificador de tres versiones, sería sacarse la lotería sin fallo alguno. Ojalá que por ahí siga la unificación ya que el menor de 41 años, de Filipinas, no es segundo de nadie luego de sus palizas a Adrien Broner y Keth Trurman, esta última en julio pasado que le dejó como supercampeón de la AMB.

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