Buenas y malas de la Liga Nacional de Baloncesto

Ante la premura con la que se ha organizado esta versión de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) es natural que una serie de aspectos sean cuestionados no con la intención de herir si no de que se mejoren.

Las ausencias –por razones disímiles- de Huracanes de Puerto Plata y Titanes del Distrito Nacional suprimen dos buenas plazas del basket dominicano.

Se realizaron sorteos de jugadores de nuevo ingreso, así como de los que pertenecen a los equipos que recesan por lo que cada equipo tuvo la oportunidad de fortalecerse.

Sin embargo, debido a la coincidencia en su inicio con la Copa Mundial y dada la imposibilidad de contar con figuras como Víctor Liz, Rigoberto Mendoza, Gelvis Solano y Eloy Vargas, además de los dos refuerzos se permitió a los equipos la contratación de otros foráneos para tapar los huecos y mantener el nivel técnico.

Eso ha provocado que se han visto ocasiones en las que se han puesto en cancha, tres, cuatro y hasta cinco jugadores extranjeros lo que va en desmedro del talento local.

La cobertura ha sido buena a nivel de televisión nacional y local, pero se sigue obviando el medio de la radio, todavía muy popular a pesar de la explosión de las redes sociales.

La labor de relaciones públicas es tímida. No se refiere a las notas de prensa, las previas o el manejo de la página web y las redes de la liga. Es más un trabajo institucional para posicionar al circuito en la sociedad, fuera del tema exclusivo del deporte.

Las crónicas de los resultados fluyen con los encargados de prensa de cada equipo, pero no aprovechan el recurso de las “Game Notes” que produce la propia liga con informaciones, datos y estadísticas que pueden enriquecerlas y hacerlas más atractivas al público.