La fórmula para ser exitoso en los playoffs de la NBA

La serie regular de la NBA constituye la parte de negocio y entretenimiento de la liga. Los 82 partidos por cada equipo sirven para mover la economía del circuito, recaudar los fondos que –junto a los patrocinadores y acuerdos de televisión- sirven para dar a los jugadores y entrenadores sus fabulosos contratos y pagar la nómina, además de servir para el disfrute de los fanáticos.

Pero cuando llevan los playoffs es donde el baloncesto toma su estado puro. Donde los coaches se tienen que “ganar el dinero” y donde los jugadores tienen que demostrar de qué están hechos. Física y mentalmente.

Y para tener éxito en los extensos, extenuantes y excitantes juegos de postemporada de la mejor liga de baloncesto del mundo, hay que cumplir con una serie de “requisitos”.

El entrenador. La guerra de estrategias es un campo que tiene que ser dominado para alcanzar al título. No en vano los dirigentes más ganadores como Red Auerbach, Phil Jackson y Gregg Popovich son considerados como los mejores. Muchos partidos de playoffs se ganan primero en la “pizarra” que en la cancha.

Las superestrellas. Si pueden contar con una está bien. Con dos, excelente y más de dos, mucho mejor (como Stephen Curry y su pandilla en Golden State). El éxito en la postemporada define la carrera de muchos jugadores y los puede poner en un nivel diferente. Es la hora de ejecutar bien y de actuar bien. No solo del cuello hacia abajo, sino también hacia arriba. Tener cabeza fría y “mano caliente”. Ahora Russell Westbrook es todo lo contrario.

La defensa. Siempre gana el partido el que al final tiene más puntos en el marcador. Pero en una época de grandes talentos físicos, atletas extraordinarios y reglas que benefician a la ofensiva, es cada vez más importante el aspecto defensivo. La expansión del ataque detrás del arco de tres puntos hace todavía más difícil cubrir tanto espacio. Es imprescindible.

Ganar en la ruta. Mucho se lucha por la ventaja de la casa, pero el equipo que es incapaz de triunfar como visitante no tendrá mucho chance de levantar la corona. Si se empieza el trabajo doméstico, hay que terminarlo afuera.