Inmortales naqueños

En la tarde de este sábado, en el VIII ceremonial de la Plaza de los Inmortales del Deporte Naqueño, serán exaltados los ex atletas Eduardo Gómez y Antonio -Cuqui- Langa, en baloncesto; Emil Álvarez y Yira Almonte, en tenis de mesa y Laura Fernández, en tenis. Grandes afectos me unen a este grupo de destacados deportistas, pues tuve el privilegio de ser testigo de primera mano de sus respectivas carreras. Recuerdo los éxitos de Emil y Yira en una época en que fui director de deportes del Club Naco. Ellos junto a Mario Álvarez eran las principales figuras de su disciplina en la entidad. Con Eduardo, Cuqui y Laura mi relación ha sido más estrecha. Los dos primeros fueron parte de aquella legendaria escuadra que incursionó en el Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional a partir de 1974, defendiendo la enseña azul celeste de nuestro Club. Fueron innumerables los momentos de alegría y tristeza que compartí con ellos, muchas las victorias y derrotas del equipo naqueño que celebramos y sufrimos juntos. Vivencias que a pesar del tiempo transcurrido aún conservamos en nuestra memoria y recordamos como parte importante de nuestras vidas. El conjunto del Naco no pudo coronarse campeón en aquellos años, pero no obstante fueron tiempos irrepetibles y de enormes satisfacciones, tanto para sus jugadores como para quienes trabajamos con el equipo en diferentes funciones y sus fanáticos. Todos conformamos una verdadera familia, que compartió en partes iguales los éxitos y fracasos de la escuadra naqueña. Además, con Eduardo viví la conquista de la medalla de Oro en el Centrobasket de Panamá en 1997, una de las grandes epopeyas del deporte dominicano. En cuanto a Laura, tuve la oportunidad de ser parte de su destacada trayectoria, como jugador y dirigente. Ella fue una destacada tenista y, sobre todo, una gran competidora que defendió los colores naqueños desde sus inicios. También representó al país y al Club en importantes eventos internacionales. Hoy se vivirán grandes emociones, cuando se rememoren las proezas de estos cinco iconos del deporte naqueño y nos reencontremos con muchos amigos de los tiempos de nuestra niñez y juventud en el Club Naco.