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Entrenamientos

Villar llama atención con un extraño bate

Villar exhibe su bate en las afueras del campo de entrenamientos de Orioles. EFE / AFP

Villar exhibe su bate en las afueras del campo de entrenamientos de Orioles. EFE / AFP

Tres inviernos atrás, Jonathan Villar estaba jugando pelota invernal en su natal República Dominicana cuando uno de sus compañeros se le acercó mientras cargaba algo que a lo lejos parecía como un implemento de béisbol. Se trataba de una pieza de madera que se asemejaba a un bate, pero su forma extraña llamó la atención de Villar.

“¿Eso es un bate?”, recuerda haberse preguntado Villar. “La primera vez que lo vi, ni siquiera pensé que se trataba de un bate”.

Esta primavera, es el propio Villar quien está dejando boquiabiertos a sus compañeros en el campamento primaveral de los Orioles. Cada mañana el quisqueyano camina hacia la jaula de bateo con un extraño artefacto en las manos: un bate de práctica de doble barril con el que comienza su rutina diaria. El modelo que utiliza es el Camwood Hands-n-Speed hecho de madera de fresno y con características diferentes a las de un bate común y corriente. Lo que separa el de Villar es lo que tienen en el medio: un segundo barril que está justo encima de la parte donde se agarra, una especie de segundo aro incluido. Parece más un remo, o la pata de una mesa de comedor, que un bate.

“Yo lo uso cuando siento que mi swing está un poco largo”, explicó Villar.

“Este bate es muy pesado para hacer un swing largo. Cuando lo haces, la parte ancha siempre termina bajando”.

Técnicamente, el bate pesa lo mismo que el de 33.5 onzas que utiliza Villar en los juegos. Pero al distribuir desproporcionalmente el paso hacia el cabo, crea una sensación de más peso cerca de las manos, obligando al bateador a hacer un swing más directo hacia la bola. Cualquier intento de hacer un swing largo para buscar elevados termina ocasionado una pobre conexión, o un swing fallado.

En resumen, alienta a los bateadores a hacer un swing plano en una época de ángulos de salida y swings de gradas.

“Te fuerza a tirarle las manos a la bola”, siguió Villar. “Cuando tomo un par de swings con ese bate, siento que puedo mantener mis manos pegadas al cuerpo y darle por dentro a la bola”.

Hacer eso, asegura Villar, lo ha ayudado a sumar poder sin necesidad de cambiar su swing.

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