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El kuuuuuu…se volvió buuuuu

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Félix Olivo@FELIXOLIVO | @FIEBREDEGOLF

Hola Fiebruses. ¡Hay que ver cosas! La novela de la semana pasada empezó en noviembre cuando se disputó el Mayakoba Classic en el que Matt Kuchar salió por la puerta grande. El caddie de Matt no le pudo acompañar ya que Matt se inscribió tarde en el torneo y el caddie tenía compromisos familiares y por eso se fue sólo en compañía de su esposa, quien incluso le cargo la saqueta el primer día de practica. Luego apareció David Giral Ortiz (El Tucán), agarró la saqueta y el resto es historia. El convenio que hicieron fue el siguiente: un pago de mil dólares si no pasaba el corte, dos mil si lo pasaba, tres mil si finalizaba en el Top 20, y cuatro mil si llegaba al Top 10. No se acordó una cifra en caso de triunfo, y el total pagado fue de cinco mil de los verdes, propina incluida. Como se sabe, normalmente a los caddies se les paga un 10% de la bolsa devengada (hay excepciones, pero por ahí anda la cosa) y un 7% si no es un caddie sindicado (como es el caso). Pero, por alguna razón, meses después, El Tucán revela a los medios el monto recibido y ahí estalló la bomba. Lo que vino posteriormente es quizás la saga caddie-jugador mas larga después de la serie entre Tiger y Steve. De un lado Giral se quejaba, y en el otro, Kuchar lo justificaba todo. Llovieron las opiniones a favor y en contra (un trato es un trato vs. Kuchar es un arrastrao), y el vendaval de los medios obviamente favoreció al caddie.

¿AhoraÖcual es la moraleja de todo esto? Habiendo ganado Kuchar mas de un millón de dólares, ¿debieron él y su agente dejar que esa “chismecito de patio” llegara hasta donde llegó? Honestamente, creo que no. Ahí, tanto Kuchar como Mark Steinberg “pusieron un huevo”, que solo perjudica la carrera del jugador. Cuando un atleta logra fama se convierte en embajador de marcas, modelo de rol, en actor, en súper hombre y no sé cuantas cosas mas. Deben honrar las marcas que les pagan y que los utilizan como influenciadores, andar por la vida dando ejemplos, reír, aunque su alma esté destrozada por alguna tristeza que solos abe el, y mostrar su mejor cara aun sin ánimo, pues esa cara, “vende”. Por eso creo que Kuchar, antes de defender y justificar su trato con Giral, debió pensar en todo eso y saber que él no se debe solo a su persona, sino a todo y a todos. Total, al final vino la disculpa, el pago de los US$50,000 que reclamaba Giral (alrededor del 7%), y la vergüenza y estigma de tacaño, abusador y explotador que pesará sobre la cabeza de Matt por mucho tiempo. Ahora salen cosas como que su sonrisa es una farsa (lo dijo un periodista de ESPN), que finge al saludar y cosas así. Y todo eso se pudo evitar dándole a ese “infeliz” esos 50 mil que estoy seguro no le harán un “hoyo” a la cuenta bancaria de Matt. Es mas, no duden ustedes que, por una victoria, los incentivos de las marcas sean diez veces mas que eso. Matt se equivocó, y el Kuuuuu que solemos escuchar en los torneos como muestra de saludo, podría tornarse Buuuu en los días por venir.

¡¡Mantengan la bola en el Fairway!!

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