Griffin dice “Este es un momento único”

Alfredo Griffin fue parte de equipos que ganaron cuatro series mundiales, pero la emoción que ello le proporcionó no es comparable con la que ahora siente al ver desde las gradas a las Estrellas Orientales conquistar su primer título de campeón en más de medio siglo.

Griffin fue el torpedero titular cuando los Dogders de Los Ángeles, con Kirk Gibson y su memorable jonrón a Dennis Eckersley, superaron en cuatro de cinco juegos del Clásico de Otoño de 1988 a los favoritos Atléticos de Oakland.

En el 1992 y 93 volvió a ponerse el anillo de campeón con los Azulejos de Toronto. Lo propio hizo en el 2002 con los Angelinos de Anaheim, pero como coach de primera.

“Este momento es único, bello, precioso...no lo comparo con ninguno”, enfatizó Griffin, quien durante doce temporadas (1976-1988) hizo su mayor esfuerzo en el campo sin lograr el objetivo final.

Agradecido de Dios “Le doy las gracias a Dios que me ha permitido tener vida para ver esta realidad, para ver ganar un campeonato al equipo de San Pedro de Macorís”, subrayó.

“Me siento orgulloso y contento porque guayé la yuca y no lo pude conseguir”, declaró Griffin, a quien el cetro también le fue evasivo como gerente general (1987-88) y como dirigente (1999-2000).

En esa última campaña, Griffin estuvo cerca de lograr la misión, pero las Águilas Cibaeñas, con Adrian Beltré a la cabeza, salieron triunfantes en una final que se extendió al máximo de nueve encuentros.

“Ahora lo estoy viendo en carne propia”, destacó Griffin luego de confundirse en un abrazo con el dirigente Fernando Tatis.

“Tatis hizo un trabajo excelente. Por eso se resalta más porque es de San Pedro de Macorís. Él es de los míos”, subrayó.