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PRIMER ROUND

Míster 40, un rey único

Quien desee especular que aplique toda la rigurosidad de la ciencia, lo que se inyectó, se tomó o comió debe de ser algo exclusivo y muy divino, que solo le hace efecto positivo y superlativo a Manny Pacquiao.

Hay que agregar a esas especulaciones, que también esa “píldora” imaginaria de sus perseguidores es tan efectiva que a los 40 años lo mantiene peleando como en sus mejores días, con fortaleza, vitalidad y resistencia para asimilar los embates de hombres con décadas más jóvenes, fuertes y con calidad de campeones también, como han sido sus últimas dos víctimas: Lucas Martín Matthysse, a quien destronó en julio pasado de la corona welter AMB en Malasia con un espectacular nocaut; y Adrien Broner, apaleado el sábado en Las Vegas, en lo que fue su primera defensa de ese cinturón, el cual ha ostentado en cuatro ocasiones.

Matthysses y Broner han sido dos buenos campeones de la última generación, por lo que sorprende en Pacquiao el dominio sobre ellos a los 40 años, no es ganar milagrosamente como George Foreman, es estar arriba siempre, dominante.

CORAJUDO: Estoy seguro que ningún gladiador en la historia ha logrado un nivel tan alto de efectividad en el ring luego de los 40 años, pero aun jamás con una historia de escalar tantas divisiones como Manny Pacquiao, algo que va minando a cualquier boxeador. Para entenderlo mejor, lo primero que se debe establecer es que ningún campeón de la categoría mosca (112 libras) ha sido rey del peso pluma (126 libras), nadie ha llegado ahí.

Este fenómeno que reinó en la que fue a inicio del boxeo organizado la división más pequeña, tuvo… bueno, póngale usted el sinónimo de valor que más le guste… Entonces, ese enano que incluso marcaba 110 libras a inicios de su carrera pagada, fue agarrando coronas tras coronas hasta conseguir la faja de las 154 libras.

SIETE CATEGORÍAS: Me explico, Pacquio reinó en 11 2libras, saltó a las 122 (pudo optar por las correas de las 115 y 118, pero no lo hizo…), unificó con Agapito Sánchez en una desastrosa noche y pasó a combatir entre el peso pluma y ligero junior, en las categorías en que hizo sus mejores combates, logró sus grandes resultados en series frente a Marcos Antonio Barrera, Erik Morales (el primer mexicano que lo derrotó) y Juan Manuel Márquez, pero siempre poniendo en juego la faja “internacional” del CMB, con una fianza paupérrima con relación al porciento de la mundial. Así PacMan perdió el orden en su racha de colección de coronas de nuevo y no reinó en los plumas nunca, la única vez que buscó esa diadema fue cuando envió tres veces a la lona en el primer asalto al monarca Márquez, en mayor de 2004, pero no estaba en juego la regla de las tres caídas en un round, y que bueno que fue así porque el mexicano se levantó del tapiz las tres veces y sacó lo ‘Premium’ de su corazón gigante devolviéndole a Manny y aun creo que debió ser el ganador al final de los doce asaltos, que terminó en un empate.

¿EXTRATERRESTRE?: A partir de ese memorable combate, Pacquiao se abrochó los cinturones de las 130, 135, 140, 147 y 154 libras, ¡sin respirar!, este último e inolvidable cinto lo conquistó en noviembre de 2010 con una merecida paraliza sobre el tramposo Antonio “Manos Enyesadas” Margarito. Parecía David contra Goliat, pero el gigante dio pena al final, este clásico es una de las pocas presentaciones en 154 libras de Pacquiao, y lo muestra como algo fuera de lo humano, antinatural, frente a un rival que lo supera corporalmente por mucho.

De esa callada manera este señor borró la carrera vergonzosa de Sugar “Ray” Leonard y Thomas –Iron- Hearns por alcanzar el mayor número de coronas mundiales, quedando “Azúcar” con 5 coronas y el “Hierro”, con 6.

El filipino, a quien le llenaban los bolsillos de piedras para que pudiera marcar el peso, sin proponérselo al inicio, simplemente fue retando a lo mejor de cada división y pudo reunir 7 cinturones de diferentes categorías, unificando algunas, reconquistando otras, por lo que en total ha sido campeón del mundo alrededor de 12 ocasiones.

“ESPINÓN”: Floyd Mayweather Jr., también sobre 40 años, es la única puñalada que no ha curado en la mente del filipino, ni siquiera aquel inesperado nocaut fulminante cerca de la navidad de 2012 que le propinó Juan Manuel Márquez lo ha sufrido tanto, era la pelea que iba ganando más fácil de la serie de tres que sostuvieron; pero ante Mayweather perdió el prestigio y el protagonismo en la noche más colorida y esperada del boxeo moderno en mayo de 2015, que aunque ninguno brilló, al menos el norteamericano tuvo el mérito de salir con el gran cinturón en las manos: “Mírelo ahí, díganle que vuelva al boxeo y que nos enfrentemos”. Esa es su gran amargura y lo manifestó el sábado en el MGM. “No se puede evitar que la gente pregunte si hay una revancha con Floyd Mayweather, porque creo que tienen un gran signo de interrogación en su mente y también en su corazón sobre lo que sucedió en esa pelea”.

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