Abreu y Mallén, gerentes con historial diferente

El primer contacto entre Raymond Abreu y José Mallén Calac se produjo para los días finales de marzo, en que el primero añoraba agregar un buen bate y versatilidad para los Toros. El segundo, fortalecer el relevo, una de las áreas que entendía fue factor para que las Estrellas colapsaran de manera estrepitosa en su año de debut en la gerencia.

Para el primero de abril, época más que muerta en la pelota dominicana, nunca se imaginaría que Jordany Valdespín se convertiría en factor trascendente en el éxito de los Toros, ni que José --Jumbo-- Díaz y Román Méndez serían las piezas claves que necesitaban las Estrellas para establecer solidez en su cuerpo de relevo, por el cual se habían ido por la borda muchas ventajas en el fatídico diciembre del 2017.

Hoy, Abréu y Mallén Calac se verán nuevamente los rostros en una serie final que pocos presagiaban, llamada como Serie de la Caña, que por segunda ocasión acontece en la historia de la pelota dominicana, tras el 5-0 que le aplicaron los Toros en el 2010-2011.

La presencia de ambos conjuntos en la final tiene entre sus héroes, por un lado a Valdespín, Jugador Más Valioso del torneo y un bateador de .303 (66-20) en el Round Robin, y en el otro extremo, el brillante desempeño de Díaz en las labores de cierre de los partidos, en que rescató seis y Méndez, quien fue un no menos estelar preparador de mesa.

Al menos, a nivel de cabeza gerencial, será un choque entre un Abréu, de larga trayectoria en el béisbol, quien por varias décadas ha estado a la vanguardia del complejo de los Atléticos de Oakland en el país y un joven Mallén, de 34 años, pero quien desde los 19 ha sido observador silente en las reuniones que con su padre, José Mallén, a la vanguardia se han producido en las oficinas de las Estrellas.

Mientras Abréu registra un historial que ha ido de terreno en terreno, con firmas como Miguel Tejada, Tony Batista, Angel Berroa, Esteban Germán, Mallén Calac, quizás nunca firmará a nadie y antes de sus primeros encuentros como observador su experiencia en el terreno se remonta a ser un lanzador de pequeñas ligas en los colegios donde estudiaba cuando niño.

Los logros de ambos En los primeros días de diciembre del 2017, año inicial de Mallén en la gerencia, los Paquidermos se encontraban en el primer lugar de la vuelta regular, pero un mayúsculo descalabro de 3-13 le hizo quedar fuera del Round Robin.

“Tras caer el año pasado entré en un profundo proceso de meditación, luego analizar los porqué de la caída del equipo para ya en un segundo año que no ocurriera lo mismo”, señaló el joven ejecutivo de las Estrellas, quien con el paso de los años ha ido tomando un poquito de cada uno de los anteriores gerentes a quienes solo tenía opción de escuchar, sin derecho a levantar la mano para proponer algo.

“Admito que me faltó agresividad, en el pasado se dieron muchas situaciones y el plan B no estaba al doblar la esquina, además debí tomar algunas decisiones drásticas y en el momento no lo hice”, admite.

Este año la situación has ido diferente, pues a las adquisiciones de Díaz y Méndez se unió la de otro brazo veterano como el de Al Alburquerque, se marchaba un refuerzo y en ese momento el sustituto se estaba bajando del avión”, señala.

Mallén recuerda que en los días finales de diciembre, el equipo contaba con una foja negativa y hubo no hubo disfrute en la despedida del viejo año y la llegada de nuevo, pues el equipo de operaciones se mantuvo trabajando de manera ardua en ambos, elaborando contactos en las demás ligas.

De este trabajo fueron incorporados Héctor Giménez, Héctor Sánchez y Yasmany Tomas, desde la llegada de este trío el conjunto de inmediato tuvo foja de 7-1.

De su lado, Abréu retornó este año y lo hizo en grande con los Toros, equipo al que llevó a su primera final desde que ganaron con Dean Treanor en el 2010-2011.

“Este ha sido un gran logro el poder avanzar hasta la serie final y en lo adelante nuestra misión es conquistar la corona”, agregó el gerente de operaciones de los Toros.