Diego Goris se casó con su primera novia

Diego Goris despidió el año con la satisfacción de haberse casado con su primera novia y recibe el 2019 convencido de que este enlace le ayudará en su carrera como persona y jugador.

El pasado 20 de diciembre, el joven antesalista contrajo nupcias en el Club Los Lagos, de Santiago, de donde ambos son oriundos, con la sicóloga Lismayra López (“de Goris”, agrega él con evidente orgullo).

“Nosotros los peloteros somos muy supersticiosos y esa es la mujer que me trae suerte, la que me sabe sobrellevar. Me ayuda mucho en lo mental cuando tengo un slump, la que me dice ¥mira esto es así¥...la persona en la que más confío”, expresa el antesalista de 25 años.

“Fue mi primera novia y yo su primer novio. Es un sueño hecho realidad”, declara.

Como suele ocurrir en casi todas las uniones, la de Lismayra y Diego

hubo de superar crisis luego de una ruptura en la cual nació Diego Alejandro, hoy de tres años, fruto de una relación del jugador con otra persona.

“A pesar de eso nunca perdimos el contacto. Hay tremenda química entre ella y yo”, resalta. “Yo siempre le he dicho que ella es la que más batea”.

Enfoque Atrás han comenzado a quedar los días en que después del juego, Goris, quien pertenece a las Águilas Cibaeñas pero ahora viste el uniforme de los Leones del Escogido en la serie semifinal, acuda a la disco o al drink a darse unos tragos en compañía de amigos.

Ya no es el soltero de ayer. Hay quien espera por él en la casa y con derecho a reclamo.

Confía en que formar un hogar con Lismayra le ayudará a mejorar el enfoque para continuar ascendiendo en el béisbol organizado.

En las últimas dos temporadas militó a nivel de AAA con la organización de los Padres de San Diego. Fue en el 2017, en la sucursal El Paso cuando su amistad con el jardinero Franchy Cordero se incrementó.

Compartieron apartamentos y muchas experiencias buenas y malas juntos. Por ello no albergó dudas a la hora de escoger al padrino de la boda.

“Es la persona más sencilla y positiva que hay. Siempre estamos en contacto”, destaca.

“Para mí fue un honor ser el padrino de su boda. Goris es la clase persona que uno siempre quiere tener cerca, que no te vas a decir una cosa por otra. Es agradable tener gente así al lado”, manifiesta Cordero, quien como todo padrino corrió con los gastos de bebida y regalo de la boda.

En el apartado de las copas, otro compañero de ambos en la organización, Franmil Reyes reclamó su “derecho” a ayudar y fue complacido.

Lamentablemente, Franmil, quien como Cordero ha comenzado a disfrutar las mieles de las Grandes Ligas, fue el gran ausente porque esa noche tuvo que acudir al velatorio de un allegado.